Hoy, quiero referirme a algunas de las ideas que
presenta Edward De Bono en su libro Seis
sombreros para pensar. Junto con el pensamiento lateral, es posible que sea
uno de los trabajos más conocidos, en algunos ámbitos. El autor ha dedicado
gran parte de su vida a ahondar en el tema del pensamiento y cómo
proporcionarnos herramientas y enfoques novedosos que nos ayuden a ser mejores
pensadores.
De Bono considera que el pensamiento es el principal
recurso que tenemos los seres humanos. No importa qué tan competentes seamos,
siempre podremos hacerlo mejor. La realidad es que todos somos susceptibles de
desarrollar mejor nuestro pensamiento y aprender nuevas técnicas que nos ayuden
a mejorar mucho, en nuestras habilidades para pensar.
A la hora de pensar, la principal dificultad con la
que nos encontramos es la confusión.
Hay muchos elementos que se nos presentan al mismo tiempo y no sabemos cómo
trabajar con ellos. Nos asaltan la lógica, las emociones y la información, lo positivo
y lo negativo, las posibilidades y la creatividad, y pareciera que tuviéramos
que hacer, con todo ello, juegos malabares.
En este libro, el autor nos presenta un concepto
bastante simple que permite, al pensador, o a un grupo de pensadores, atender a uno sólo de esos aspectos, no todos a la vez.
Permite separar la lógica de la emoción, la creatividad de la información y así
sucesivamente. La persona que está utilizando el concepto de los seis sombreros
para pensar, va utilizando los diferentes sombreros, para señalar que cuando se
pone uno de ellos, está utilizando, de forma deliberada, cierto tipo de
pensamiento.
Actuar como si fuéramos un pensador, de alguna forma
nos convierte en uno de ellos. Lo mismo sucede cuando representamos el papel de
jardinero, cantante, cocinero o bailarín. Este libro expone los diferentes roles para que actúes como si fueras un
pensador.
No basta con el deseo, o con la intención de
convertirte en pensador. Debes pasar a la acción, actuar como tal, que será lo
mismo que pensar de forma intencionada.
Ponerse un
sombrero es un proceso muy deliberado. Aunque, en la actualidad, no es
frecuente que usemos sombreros, tales prendas han servido para definir un rol. Y, siguen siendo
definitivas, a la hora de identificar la numerosísima cantidad de roles que
juegan todos aquellos individuos uniformados. Cuando alguien utiliza un
determinado tipo de pensamiento, lo hace en función de un sombrero
perfectamente definido.
Podemos actuar de acuerdo con el sombrero que nos
pongamos para pensar y pedir a otros que hagan lo mismo.
Imaginemos, por un momento, que existiera un verdadero
sombrero para pensar. Sin duda alguna, escucharíamos frases como estas:
¡No me moleste! ¿No ve que estoy pensando?
Voy a interrumpir esta discusión para que todos nos
pongamos el sombrero para pensar y nos centremos en este tema.
¡Quiero que siga pensando en este plan! ¡Póngase otra
vez el sombrero para pensar!
…Y muchas otras más.
Esta imagen mental de alguien que usa un verdadero
sombrero para pensar podría servir para evocar
el estado mental, tranquilo y despreocupado, necesario para que cualquier
pensamiento implique algo más que meras reacciones frente a una situación.
Algunas veces sólo será necesario pensar, de forma deliberada, unos pocos
minutos al día. Todo depende de si deseamos pensar por nosotros mismos o seguir
el pensamiento de otros.
Habitualmente, utilizamos el pensamiento automático, que nos sirve para encarar rutinas y para
ir resolviendo los problemas que se nos van presentando, sobre la marcha. Gran
parte de la actividad mental dependerá del momento anterior y del posterior.
Buscamos señales y reaccionamos. Esto es un pensamiento
reactivo. Sería como conducir por una ruta. Leemos las señales de tránsito
y tomamos decisiones. Pero no trazamos el
mapa.
El pensamiento
deliberado sirve para hacer las cosas mejor, no sólo para encararlas y
resolverlas al paso. Este tipo de pensamiento está relacionado con el trazado de mapas. Investigas el tema y
trazas el mapa, desde una posición objetiva y neutral. Para hacer esto, debes
mirar de un modo amplio, general. Se trata de ir dirigiendo la atención sobre
diferentes aspectos y tener ciertos medios que nos sirvan de ayuda para
hacerlo.
Cuando se imprime un mapa, los colores se van
imprimiendo por separado, en capas que se van añadiendo a las primeras. Los
seis sombreros para pensar corresponden a los diferentes colores que se usan
para imprimir un mapa, y es uno de los métodos que se pueden utilizar para
dirigir la atención. Por lo tanto, este método no sólo trata de ponerse un
sombrero para pensar, sino también de ir escogiendo cuál sombrero se va a
utilizar para conseguir trazar un mapa,
o ver la situación de forma más amplia.
El pensamiento es una habilidad operativa. Lo que significa que podemos hacer bastante al
respecto. En el pensar, se puede mejorar del mismo modo como mejoramos en otras
habilidades, como la de realizar un deporte o cocinar.
La adopción de los “seis sombreros para pensar” es un
modo de reforzar la intención consciente de querer ser
un pensador.
Por lo tanto, la intención
es el primer paso. Es fácil y difícil al mismo tiempo. Hacen falta ciertas
estructuras tangibles, que lo faciliten. Los seis sombreros para pensar sirven
para traducir la intención en desempeño efectivo.
La utilización de la técnica de pensamiento de los “Seis
sombreros para pensar” puede cumplir con varios
propósitos.
El primero de ellos, se refiere a que cuando utilizamos cada uno
de los sombreros, con su correspondiente función, estamos representando un papel definido, como si actuáramos en una
obra de teatro. Esto nos proporciona libertad para actuar, arriesgar, decir lo
que se nos ocurra y lo que nos pueda parecer útil con respecto a la tarea que
estemos realizando.
Sirve para dirigir
nuestra atención,ocupándonos de diferentes
aspectos, uno después del otro.
Otro valor es el de la conveniencia. El simbolismo de los seis distintos sombreros ofrece
un modo conveniente de pedir a alguien (incluso a nosotros mismos) que cambie
de modo de pensar. Puedes pedirle a alguien que vea lo negativo de un
planteamiento, o que deje de ser negativo. Puedes pedirle que se centre en los
hechos, o que dé una respuesta puramente emocional.
Otro valor surge del establecimiento de las reglas del juego, para pensar, y que los
diferentes participantes se ciñan a ellas.
Cada uno de los sombreros de pensar tiene un color, y
éste corresponde con el nombre del sombrero. Además, cada sombrero está relacionado
con su función.
Me parece un tema MUY INTERESANTE y creo que sería buenísima, la lectura del mismo. Había oído hablar de él, pero con la exposicuón que has hecho, voy a buscarlo. Gracias Magdalena por tu aportación. Me encanta tu blog.
ResponderEliminarMuy bueno! Te dejo un video animado que he hecho sobre el libro Espero que te guste! http://bit.ly/1X7UKtV
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