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Si conducimos, a velocidad moderada, por
el camino principal, podremos ver las señales indicadoras en los cruces; si
pasamos a toda velocidad, nos perderemos las sendas laterales.
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Aunque
desearía compartir con ustedes la información que estoy releyendo sobre el
desarrollo del pensamiento y la creatividad, he decidido que iré intercalando la
parte teórica, la cual yo encuentro muy útil e interesante, con la presentación
de algunas técnicas prácticas.
Las
técnicas y herramientas de pensamiento que propone De Bono suelen ser sencillas
y fáciles de implementar, al tiempo que son muy poderosas para la consecución
de resultados. Es importante ir adquiriendo práctica en el manejo de las
mismas. Con el tiempo, iremos mejorando la habilidad con la que las utilizamos
y nos sorprenderemos con lo que habrán aportado, a nuestro pensamiento y a
nuestra vida.
Conviene
aclarar que, algunos de los ejemplos utilizados, están dirigidos hacia el mundo
empresarial. Como viene siendo habitual en mí, quiero recalcar la importancia
de relacionar, lo que leemos, con nuestra propia experiencia. En este caso, que
cada uno de nosotros busque las aplicaciones que estas herramientas puedan
tener para nuestra vida personal, para nuestras relaciones y para nuestra
actividad profesional.
A
menos que haya algún obstáculo, una interrupción u otro inconveniente, el
pensamiento y la acción fluyen con suavidad. El cerebro trabaja para que la vida sea más fácil. Lo logra, convirtiendo
las cosas en rutina y creando pautas de pensamiento y comportamiento, lo
cual es muy diferente a lo que sucede con el pensamiento creativo. Por esta
razón, debemos hacer un esfuerzo deliberado por utilizar nuevos enfoques, si
queremos obtener resultados diferentes.
Es
fundamental hacer un “esfuerzo creativo”, como el que se hace cuando utilizamos
el sombrero verde o cuando, en una reunión, le pedimos a otro que lo utilice.
De
Bono sugiere que, en vez de recompensar los resultados
creativos, se puede premiar el esfuerzo
creativo. No se les puede pedir a otras personas que tengan una idea
brillante; ni a nosotros, tampoco. Pero sí se puede insistir en que, todos, nos
esforcemos en utilizar el pensamiento creativo.
Si
persistimos en nuestra actitud de intentar ser creativos, tarde o temprano,
aparecerán los resultados. Si la voluntad de esfuerzo existe, podemos complementarla con el entrenamiento
formal en las técnicas del pensamiento lateral.
Bibliografía:
DE
BONO, Edward: “El pensamiento creativo. El poder del pensamiento lateral para
la creación de nuevas ideas”, Ediciones Paidós.
Imagen:
Robin
Moline: paisajes-modernos-pintura-al-oleo. Paisajes Modernos Estilo Naif
Es decir, que sería interesante buscar un tema y practicar cada pensamiento desde cada sombrero. Si esto lo convertimos en una practica habitual, fomentaremos la creatividad ¿Es así? Me parece una buena idea... Sé que supone un esfuerzo cambiar los pensamientos, pero a la larga puede ser altamente beneficioso.
ResponderEliminarHola, Paloma. Gracias por tus comentarios. La idea es trabajar el tema que estemos tratando, utilizando los diferentes sombreros de pensamiento, para enriquecer nuestra forma de verlo. También, podremos utilizar muchas otras técnicas de pensamiento y creatividad. Es interesante que dediquemos una pequeña parte de nuestro tiempo en esforzarnos para ser creativos.
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