jueves, 31 de diciembre de 2020

Que tus despertares, te despierten, de Daniel Karpuj




Que tus despertares, te despierten.

Y que, al despertarte, el día que comienza te entusiasme.

Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol que se filtran por tu ventana, en cada nuevo amanecer.

Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se cruce en tu camino.

Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque “sólo” se trate de pan y agua.

Y que encuentres algún momento durante el día, aunque sea corto y breve, para elevar tu mirada hacia lo Alto y agradecer, por el milagro de la salud, ese misterioso y fantástico equilibrio interno.

Y que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.

Y que tus brazos, abracen.

Y que tu boca, bese.

Y que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejes de maravillarte.

Y que llegues cansado y satisfecho al anochecer, por la tarea satisfactoria realizada durante el día.

Y que tu sueño sea calmo, reparador, y sin sobresaltos.

Y que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco al valor de las cosas, con su precio.

Y que no te creas más que nadie, porque, sólo los ignorantes desconocen que no somos más que polvo y ceniza.



Texto: Daniel Karpuj. Rabino