Cuando me propuse compartir
con ustedes las ideas que Walter Riso expone en su libro “¿Amar o depender?”, sobre apego y dependencia
emocional, me interesaba, muy especialmente, la parte que se refiere a
desarrollar habilidades que eviten que seamos dependientes, o que contribuyan a
la superación de los apegos.
Desafortunadamente,
la educación, las canciones, las películas y muchos de los mensajes que
recibimos a diario, parecen estar fomentando la existencia de dependencia
emocional, en lugar de ayudar a prevenirla. No facilitan el desarrollo de conductas
alternativas que eviten la tendencia a los apegos.
Quedémonos con una
idea: el apego puede prevenirse. Podemos crear inmunidad a las adicciones
afectivas, y relacionarnos de una manera sencilla y tranquila. Podemos amar sana,
profunda y enriquecedoramente.
Un asunto que es
importante, para nuestro desarrollo como personas autónomas y dueñas de
nosotras mismas, es la conveniencia de que nuestros
diferentes roles, en la vida, estén debidamente equilibrados. Muchas
personas se centran en uno o dos, y descuidan los otros. Esto puede propiciar
el desarrollo de apegos, malestar, y que algunas de nuestras relaciones
personales sufran las consecuencias. Hay quienes se centran, casi
exclusivamente, en la familia, o en la pareja, o, en todo caso, en el trabajo.
Sin embargo, conviene tener siempre bien presente, que somos mucho más que hijos,
amigos, pareja, empleados… Si vivo exclusivamente para alguien, si reduzco
todas mis opciones de alegría y felicidad a una sola relación, destruyo mis
posibilidades en otros muchos aspectos que son igualmente importantes para mi
crecimiento interior.
Es importante que
fomentemos un estilo de vida que nos ayude a ser más autónomos, a confiar
más en nosotros mismos y en nuestras habilidades. A descubrir, o a retomar,
actividades que nos ayuden a ampliar nuestros
gustos y nuestros horizontes, y encontrar aquellas actividades que nos agradan especialmente, a las cuales convendría
que les dedicáramos parte de nuestro tiempo y de nuestras energías.
Si nuestro mundo
personal es reducido, si nuestro tiempo se lo dedicamos a unas pocas
actividades, y nos centramos, exclusivamente, en algunas relaciones, existen
muchas probabilidades de que surjan los miedos limitantes, así como la
necesidad de otras personas, para que nos ayuden a superar nuestros problemas.
Por tanto, los apegos y la dependencia emocional.
Esto nos lleva a
recorrer otro camino bien diferente. Debemos abrir nuestra mente a nuevas y
distintas actividades, a relacionarnos con otras personas que puedan
proporcionar bienestar y riqueza a nuestras vidas. Cuanta más amplitud de miras
tengamos, más autónomos seremos, no dependeremos de otras personas y nos
relacionaremos mucho mejor.
Para superar el
apego, es fundamental que mejoremos nuestra
capacidad de explorar el mundo, descubriendo nuevas actividades que nos den
satisfacciones. Que potenciemos al máximo nuestra
autonomía, aprendiendo a realizar, por nosotros mismos, actividades que,
antes, no nos atrevíamos a desarrollar, si no era en compañía. Y que busquemos con
denuedo, hasta encontrarlas, aquellas actividades u ocupaciones que contribuyan
a dar mayor sentido, y plenitud, a
nuestra vida.
En el presente
escrito, me permitiré referirme, únicamente, al Principio de la Exploración,
según denominación del propio Walter Riso.
Aunque en todos
existe cierto miedo a lo desconocido, éste es mucho mayor en las personas que
se aferran al pequeño mundo que conocen: su familia, su pareja, un trabajo
determinado… Debido a su inmadurez emocional prefieren aferrarse a lo conocido;
les paraliza la idea de perder lo que tienen, que es lo único que les hace
sentirse seguros.
Conviene evitar lo
que sucede en muchas relaciones donde, equivocadamente, se entra en una especie
de anulación de una de las personas, cuando no de una anulación mutua; donde
cada uno absorbe al otro hasta que
desaparece gran parte de su esencia, y de su potencial. Sólo ven por los ojos
de la otra persona.
Buscando el termino absorber en un Diccionario de Sinónimos,
encontramos que es atraer, cautivar, hechizar, subyugar, dominar, encandilar,
fascinar. // Chupar, embeber, secar, empapar, impregnar. // Acaparar,
monopolizar, centralizar. // Consumir, gastar, engullir.
Con sólo leer los
anteriores sinónimos ¡me entra una angustia aterradora! ¡Pensar que eso es lo
que hacen muchas personas en sus relaciones! ¡Absorber, o dejarse absorber!
Es urgente empezar a
ponerle remedio, si algo de ello sucede en nuestras vidas. Ayudemos a otros a
que sean autónomos, para que puedan rodearse de relaciones que sumen, no que
resten.
¿Quién dijo que para
establecer una relación afectiva uno debe encarcelarse? ¿De dónde surge esa
idea de que el amor implica estancamiento? ¿Por qué algunas personas, al
enamorarse, pierden sus intereses vitales? ¿El amor debe ser limitante? ¿Realmente
el vínculo afectivo requiere del sacrificio de nuestra propia identidad? Amar no es anularse, sino crecer los dos
como personas, contribuyendo a su mutuo desarrollo. A un crecimiento donde las
individualidades, lejos de opacarse, se transparenten.
El
principio de la exploración sostiene que los humanos
tenemos la tendencia innata a indagar y explorar el medio. Somos descubridores
natos. Si pierdo la capacidad de escudriñar, husmear y sorprenderme por otras
cosas, quedaré atrapado en la rutina. Tengamos en cuenta que el bienestar, la
diversión, la alegría… no están localizados en un solo punto, sino que se
pueden obtener de muy diversas formas.
Puedes querer
profundamente a alguien. Y, al mismo tiempo, disfrutar de una tarde de sol,
comer helados, salir a pasear, ir a un cine, estudiar, investigar sobre tu tema
preferido, asistir a conferencias, viajar... Podemos dispersar el placer, y
multiplicar las actividades de las cuales disfrutar y enriquecernos, sin dejar
de amar a quien amas, sin cumplir con aquello que debes hacer y sin perderte a
ti mismo.
Las personas que se
atreven a hacer diferentes actividades, adquieren mayor confianza en sí mismas,
y generan más tolerancia al dolor y a la
frustración.
Una actitud orientada
a la audacia, y al experimentalismo responsable -hacer diferentes actividades,
siempre y cuando no sea dañino ni para uno ni para otros- asegura el
descubrimiento de nuevas fuentes de distracción, disfrute, interés y diversión.
A la vez que se dispersa, el placer aumenta y desaparece la tendencia a concentrar
todo en unas pocas actividades y personas.
Explorar hace que la
mente se abra, se flexibilice y disminuya
la resistencia al cambio.
Al curiosear en la
naturaleza, las ciencias, la religión, la filosofía, y en la vida misma, uno se
da cuenta de que nadie tiene la última palabra. Se aprende a tener espíritu
crítico, y a confiar en el propio criterio. Aparece un escepticismo sano y la interesante
práctica de preguntarse el porqué de las cosas.
El principio de la
exploración te aporta felicidad y ganas de vivir. Un individuo activo y
dispuesto a vencer la rutina no creará tan fácilmente dependencia ni apegos.
Será capaz de amar, pero no resistirá las ataduras.
Hermosa exposición. Tienes razón podemos compatibilizar el amar a alguien y seguir explorando actividades que nos enriquezcan y hacer amistades nuevas también, porque eso nos hará crecer. Gracias por la exposición de este interesante artículo. Un abrazo.
ResponderEliminarPaloma, debemos aprender a ser menos dependientes y más autonomos, por nosotros mismos, no sólo por la pareja. Aprender a cuidar de ti, explorar el mundo, ser más autónomos y buscar aquellas cosas que dan un nuevo y profundo sentido a tu vida, es primordial.
EliminarY cuando uno de los dos esta tan apegado,que impide al otro de evolucionar?Como se resuelve?
ResponderEliminarNo sé si leíste el siguiente escrito. Sobre la autonomía. Algo más te puede ayudar.
EliminarSiempre, es necesario que velemos por nosotros mismos, cuidemos de nosotros y tomemos las decisiones que consideremos necesarias.
Si una persona está apegada a ti, es difícil ayudarla, sin correr el riesgo de que ambos caigan en una codependencia. Puedes ayudarle a que cada vez sea más autónoma, confie en ella misma, tome sus propias decisiones, amplíe su mundo, tanto personal, como de actividades... También haciendo tú todo lo necesario por cuidar de ti, en todos los aspectos. No podemos cuidar de alguien que no cuida de sí mismo.
Si ves que no puedes ayudarle, es necesario pedir ayuda a otras personas de su entorno, y, seguramente, conviene ayuda profesional.
Yo he escrito varios escritos sobre dependencia en mi blog, y otros temas que te pueden ayudar. Te deseo fuerzas, sabiduria, paciencia y mucho amor. Los necesitarás.
Entiendo, abrirse a la exploración, aprender a confiar en nuestro criterio y exponerlo si no estamos de acuerdo. Lo que antiguamente mis padres decían... "personas de mundo"
ResponderEliminarSi. Que nuestro mundo de intereses sea cada vez mayor, que cada vez nos arriesguemos a hacer las cosas, por nosotros mismos, que nos daba pereza, o miedo, hacer. Que vayamos adquiriendo más confianza en nosotros mismos, y expongamos nuestro criterio cuando consideremos que es necesario, y que es prudente hacerlo. Recuerda que en otras ocasiones, y con ciertas personas, lo más prudente es mantenernos en silencio. Nosotros debemos distinguir cuándo es bueno hablar o callar.
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