sábado, 20 de febrero de 2016

El perdón



Perdonar, y perdonarnos a nosotros mismos


El perdón es bastante más que pedirle a alguien que te perdone por algo, o decirle tú a esa persona que la perdonas.

Lo esencial en el perdón es que nazca del corazón, y que haya el deseo sincero de solucionar las diferencias surgidas. Así, éste puede tener un efecto reparador, tanto para la persona en cuestión, como para nosotros mismos.

Cuando hay un roce, un enfado, un encontrarse molesto con alguien, o un sentirse ofendidos por el comportamiento de otra persona, normalmente ambas partes se encuentran mal, aunque cada uno vea la situación desde su propia óptica, y sus comportamientos sean diferentes.

Si el perdón viene del deseo de recomponer la relación dañada o rota, y a ese perdón luego le siguen el diálogo y la aceptación mutua, con lo bueno y lo malo de cada cual, el tiempo irá tendiendo puentes y conexiones nuevas, propiciando la recuperación de la confianza que pudiésemos haber perdido.

Si no fuera así, ¿qué haríamos en nuestras relaciones con nuestros familiares, nuestras amistades, nuestras parejas y tantas personas que a lo largo de nuestra vida, en algún momento, o en repetidas ocasiones, nos pueden haber herido o hecho daño y seguramente nosotros también les hemos causado sinsabores?

El que más se beneficia del perdón es aquel que perdona a los demás y a sí mismo. En ocasiones, ni siquiera tenemos la oportunidad de pedir perdón al otro… Nos sentiremos mejor si somos capaces de perdonar con el corazón; nos iremos liberando de los sentimientos negativos que podamos albergar y dejaremos paso a pensamientos, sentimientos y emociones positivas.








10 comentarios:

  1. La verdad qie ese estado sería el ideal, pero no siempre es posible perdonar sobretodo cuando, ni siquiera te han dado la oportunidad de poder hablar, de que te escuchen y te juzguen sin darte el beneficio de la duda... Es posible que con la distancia pueda perdonar, pero tb olvidar. Pasar página.

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    1. Hola, Paloma. En esos casos, es cuando se hace muy necesario que nosotros perdonemos, en nuestro interior, a quienes nos hayan podido hacer daño. Aunque no se los digamos. Algunas veces, son imposibles, por el momento, el diálogo y la comprensión, con ellos. Mientras más tarden nuestro enfado, dolor y malestar, y nuestra capacidad de perdonar, seguiremos arrastrando esas emociones negativas, y nuestra vida estará teñida de ellas. La única forma de recuperar el bienestar es perdonando, en nuestro interior. Deseo que puedas perdonar, y continuar con tu vida...

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  2. Me puedo perdonar a mi misma por errores cometidos, pero como perdonar a alguien que no te pide ser perdonado? Quizás ni siquiera reconoce haber hecho nada para ser perdonado. Se puede dar el caso también que te sientas atacado u ofendido y realmente sea mas por como interpretamos el echo y no por lo que nos hicieron o dijeron, como dice una famosa frase..... no hay palabras mal dichas, si no mal interpretadas.... no termino de estar muy de acuerdo con esa afirmación

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    1. Lucía, ser capaces de perdonar a alguien, desde nuestro interior, es bastante difícil, y no se produce de un momento para otro. Necesita algo de tiempo, mucho trabajo interior, y mucho amor hacia nosotros mismos. Pensemos que el rencor, y muchas emociones negativas, si las tenemos durante más tiempo del necesario, a quien más daño hacen es a nosotros mismos, y a nuestras relaciones.

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    2. Tienes razón Magda, de lo que se trata es de perdonar todo aquello que aun habiendo pasado tiempo nos sigue doliendo y no nos deja pasar página

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  3. Así es, y así debería ser. Hay muchas personas cuyo orgullo no acepta la palabra, quizá por pensar que doblegan su amor propio. Nada más lejos de la realidad...

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    1. Yolanda, creo que confundimos el hecho de perdonar a otros, y que nos digan que sí nos perdonan, o que no, con el hecho íntimo, individual, de perdonar lo que alguien te ha hecho, con o sin intención; de perdonar el daño que tú sientes que te ha hecho, sea o no real. El verdadero perdón surge de nuestro interior, y es el que nos permite continuar con nuestras vidas, sin rencor, sin amargura. Insisto, a veces no podemos, ni es necesario, decirle a la otra persona que te perdone, o que tú le perdonas. En otras ocasiones, a quien realmente debes perdonar es a ti mismo, no a otros.

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  4. Quizas el perdonar sea transformar esa visión de orgulo, como una debilidad del otro y aprender a observarlo con pena, pues el rencor es un lastre que se puede enquistar y posteriormente convertir en un cáncer.

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    1. Para mí, en el perdón no caben ni el orgullo ni la pena. Es un acto de amor por uno mismo, y a veces, por el otro. Es un acto de generosidad, de apertura, de comunicación y de aceptación del otro.

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    2. Para mí, en el perdón no caben ni el orgullo ni la pena. Es un acto de amor por uno mismo, y a veces, por el otro. Es un acto de generosidad, de apertura, de comunicación y de aceptación del otro.

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