lunes, 29 de agosto de 2016

Para su protección y cuidado, el niño necesita de nosotros, los adultos

A la mayoría de los padres, les resulta prácticamente imposible estar todo el tiempo cerca de sus hijos. Necesitarán de otras personas, familiares, amigos, cuidadores o profesores, que les ayuden con la labor de cuidarlos y educarlos. ¡Por favor! Si necesitan recurrir a otros, conozcan lo mejor posible a esas personas que estarán tan cerca de sus niños. En casa, en la guardería, en el colegio… Que sean amorosos, que tengan paciencia, que los traten bien, que sean unas buenas personas, que tengan estilos educativos parecidos a los de ustedes... ¡Quiero pensar que la mayoría de las personas, que cuidan de nuestros hijos, son así!

Este escrito no pretende crear alarma. No es mi propósito que los padres se angustien por dejar a sus hijos al cuidado de otras personas, cuando así lo necesiten. Es un llamado a la prudencia, al sentido común y a que no se olviden de que tienen una gran responsabilidad, la cual no pueden eludir: la de velar por todo lo que se relacione con la vida de sus hijos. Por favor, tengan sumo cuidado en la elección de las personas que les ayudarán con el cuidado y educación de sus retoños.

Hagan un seguimiento de cómo se encuentran sus hijos, cuando están en compañía de ellos. Lo deseable es que los niños se encuentren a gusto y seguros, con sus cuidadores habituales u ocasionales; con aquellas personas con las que deban convivir durante horas.

Permanezcan atentos a cualquier señal o comentario de los niños, acerca de esas personas que les cuidan. Tanto a aquellos que sean positivos, como a los que puedan entenderse como queja o reclamación, por muy tímidas que las mismas sean. ¡Confíen en sus hijos! Si les dicen algo, ¡investiguen! ¡Averigüen la verdad! El niño recurre a sus padres para su protección ¡No cometan el gran error de confiar más en los adultos, que en los niños! Algunos cuidadores o formadores buscarán cómo justificar sus actuaciones para defenderse ante las acusaciones de los niños; quizás, mintiendo o culpándolos de haberse inventado un cuento. ¡Ojo! ¡Mucho cuidado! En ocasiones, los cuidadores pudieran hacer uso de amenazas para evitar que su indebido comportamiento con los niños llegue al conocimiento de los padres, de la familia, personas del colegio… Conozco el caso de unos niños que fueron francamente maltratados, obligados a callar bajo amenaza, incluyendo el mostrarles un cuchillo de cocina: “Si les cuentan algo a sus padres, los mato”. Uno de ellos, muy pequeño, que apenas estaba aprendiendo a hablar, dejó de hacerlo, durante muchos meses. Supongo que el miedo le indujo a sellar su boca para evitar decir lo que sucedía. Mientras los niños estaban sometidos al régimen del terror, ¡sus padres, sin enterarse de lo que pasaba en su casa!

Son muchos los críos que sufren las consecuencias del trato que les infringen otros. Gritos, castigos, amenazas, por no decir otras cosas peores.

No olvidemos que la responsabilidad del cuidado y formación de los hijos siempre es de sus progenitores, siendo ellos, quienes tienen la misión de ayudar a sus hijos cuando así lo requieran.

Si, cualquiera de nosotros, conoce de algún niño que lo está pasando mal, debido al comportamiento de otros, jamás pensemos que no es asunto nuestro. ¡Sí lo es! ¡Sí debemos ocuparnos de lo que sucede! ¡Hay niños que se encuentran indefensos ante las actuaciones de algunas personas adultas! Si tenemos conocimiento de ello y no hacemos nada, seremos cómplices de su sufrimiento. Si, sus padres, no cumplen adecuadamente con esa obligación de protegerles y cuidarles, ¡la sociedad debe hacerlo!



3 comentarios:

  1. La verdad es que los niños son la joya más preciada que tiene la sociedad y su cuidado ha de ser pulcro, responsable y especial. Por ello, es interesante saber a quien dejamos a nuestros hijos. Los niños pequeños son muy transparentes y si vemos algo raro en su comportamiento, es importante que le pongamos mucha atención. Lo intuiremos por el actitud del niño. Sería interesante que los padres cononocieran, como interactuan los adultos con los pequeños.

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  2. Paloma, copio tu primer mensaje, que publicaste en otro escrito. Así, evitamos confusiones. Gracias.

    Paloma Santos Gómez29 de agosto de 2016, 17:35

    Completamente de acuerdo. Todos los adultos somos responsables de actuar, en caso de ver que un niño está teniendo reacciones inusuales. Tengo constancia de ello. Los niños pequeños suelen decir la verdad y hemos de estar atentos y escucharles.

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  3. A los ninos no se les debe quitar los ojos de encima, sin caer en la sobreproteccion. Cuando uno conoce a los hijos sabe cuando algo les sucede; uno siente la apatia o empatia con sus cuidadores y tambien con los amigos cercanos. Aprendi por experiencia con Fiorella que no debes forzar a los ninos a demostraciones de carino que no siente con personas que no son de su afectos.

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