jueves, 18 de junio de 2015

Hablar o callar





En ocasiones, no sabemos si es mejor hablar, o si debemos callar. Para tomar nuestra decisión, tendremos en cuenta la situación, el momento y el interlocutor. Podemos encontramos molestos, incómodos. Sentirnos inseguros, poco comprendidos, ignorados por algunas personas; o nos cuesta conseguir lo que deseamos, y aquello que necesitamos.

En esos casos, es recomendable que analicemos cómo es nuestra forma de actuar y de afrontar los problemas que se nos presentan. Luego, introducir los cambios que sean necesarios, para encontrarnos mejor, y para no depender de otros en lo concerniente a nuestro propio bienestar.

El mensaje que sigue a continuación,  me sirvió para desarrollar el tema de este artículo: hablar o callar.

“Si te tragas todo lo que sientes, al final te ahogas. Exprésate o canalízalo de alguna manera.”  
Ley de atracción positiva.

Continuamente estamos aprendiendo cosas nuevas, e intentando “desaprender” otras; modificando nuestra forma de actuar, de acuerdo a las circunstancias, las experiencias y los aprendizajes. Como siempre, parece ser cierto que en el punto medio está la virtud.

En un momento dado, es posible que decidamos guardar silencio. Que deseemos preservar nuestra intimidad, y no comunicar a otros aquello que pensamos o sentimos.

Aquí, deseo referirme a otro tipo de “callarnos las cosas”. No es algo voluntario, reflexionado,  elegido. 🔹Callamos, porque tenemos miedo de hablar o de revelar parte de lo que nos sucede. 🔹Porque nos falta confianza en nosotros mismos o dudamos de la idoneidad de nuestros posibles interlocutores para escucharnos y comprendernos. 🔹Es posible que, por la educación recibida, hayamos aprendido a que cada uno debe resolver sus propios problemas, o que es difícil encontrar personas que realmente se preocupen por nosotros y por lo que nos sucede. 🔹Podemos ser tímidos, o introvertidos, y no haber desarrollado las habilidades sociales necesarias para expresarnos adecuadamente.

Todo lo vamos acumulando en nuestro interior: lo que sentimos, lo que deseamos, lo que nos preocupa. Nuestros temores y nuestras dudas. Son tantas las emociones y pensamientos, que se vuelven como una maraña y no somos capaces de desenredarla. Nos sentimos confusos y paralizados. Volvemos una y otra vez sobre las mismas cosas, y nos falta serenidad para encontrar sentido a lo que nos pasa y soluciones para nuestras dificultades. Sentimos que nos falta el aire, o que somos una bomba a punto de estallar.

Durante algunas etapas de nuestra vida, o en algunas situaciones, tendemos a callarnos muchas cosas. Esto nos hace daño. Siempre recordaré una situación dolorosa en la que estaba bastante sola, en una ciudad extraña, sin saber a quién recurrir. Las personas a las que podía haber pedido ayuda o consejo estaban lejos, y no pensé que pudiesen ayudarme en la distancia. El hablar de ello vino de la persona que menos hubiera podido imaginarme. Advirtió que yo no me encontraba bien, y así me lo hizo saber. Intuyendo por dónde iba el problema, me invitó a hablar de ello, a “sacar el sapo” que me estaba ahogando.


 

Es bueno, además de necesario, que aprendamos a expresar aquello que pensamos, sentimos, y nos preocupa. A veces, nos encontramos con el hecho de que, ni siquiera nosotros, sabemos lo que nos sucede. Conviene que nos tomemos el tiempo necesario para aclarar nuestras ideas, para serenarnos… No todas las formas de hablar con alguien son correctas. Sin querer, podemos herir a otra persona, confundirla, o abrumarla, haciendo que se aleje de nosotros.

En otras ocasiones, nos vamos al otro extremo, excediéndonos en confiar, a algunas personas, lo que llevamos dentro. Cometemos el error de pensar que podemos expresar todo aquello que hemos guardado en nuestra mente y en nuestro corazón. Nos cuesta ver que estas personas pueden no entendernos, que no son las más adecuadas para hablar de lo que nos sucede, o que no se encuentran en el estado anímico adecuado para mantener un diálogo con ellas.

Es recomendable encontrar maneras de canalizar nuestras emociones. Mientras exista confusión en nuestra mente, sería mejor escribir, para nosotros mismos, todo aquello que sintamos la necesidad de expresar. Este es un buen ejercicio para identificar nuestras dudas e inquietudes y nos habrá de servir para despejarlas, después. A continuación, decidiremos sobre la oportunidad de hablar de ello, en función del momento idóneo que nos parezca esté atravesando nuestro interlocutor. Así, nos evitaremos el sentimiento de haber desnudado nuestra alma, inútilmente.

Otra forma de canalizar lo que sentimos y pensamos es tener parte de nuestro tiempo ocupado en actividades que nos ilusionen, que nos hagan sentir útiles, productivos, creativos, y dueños de nosotros mismos.




Si quieres leer una versión en inglés sobre este tema, puedes acceder al siguiente enlace:




There is a shorter English version of this article. You may accede with this link:






6 comentarios:

  1. Me temo que lo he aprendido tarde... Pero la vida es experiencia y todos alguna vez hemos caido en callar tanto que al final explotamos en el monento más inoportuno...

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    1. No, Paloma, nunca es tarde para aprender algunas cosas. Es difícil, y algunas personas nos lo ponen mucho más complicado. Estoy segura que lograrás saber cuándo hablar o callar, y con qué personas es casi imposible comunicarse.

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    1. Paloma, ésta es una de las tareas que muchos debemos seguir aprendiendo, durante mucho tiempo. Siempre se nos presentarán situaciones en las que deberemos decidir que hacer. El problema surge cuando somos algo impulsivos o confiados, y decimos algo que deberíamos haber callado. Con el silencio, cuando es decidido por nosotros, hay menos problema. Te da tiempo para meditar lo que ha sucedido y decidir qué hacer. En esto, como con lo de decir NO, siempre podemos modificar el rumbo, si lo consideramos necesario. Un abrazo.

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  3. ..... pero si siempre he callado y de pronto comienzo a hablar....todos lo toman a mal, se ponen a la defensiva y piensan que estoy sequivocad en todo lo que digo y que seguro algo hice mal y por eso intento redimirme dando explicaciones.... que hago?...que hago si nadie me escucha porque siempre he callado?

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    1. Ari, es cuestión de darle tiempo al tiempo. Al principio, cuando nos hemos callado muchas cosas, resulta que cuando empezamos a hablar no somos muy hábiles, nos falta práctica y es posible que nuestras palabras estén llenas de emociones diferentes y de miedo. Todavía no confiamos plenamente en nuestra capacidad de expresar bien lo que deseamos decir, asertivamente, sin callarnos y sin ser agresivos. También, piensa que ellos te prefieren en silencio, es más fácil para ellos... Cualquier cosa, si deseas comunicarte conmigo, estaré encantada de que lo hagas... Arriba a la derecha, donde dice blogs y páginas, está mi página personal, y me puedes enviar un mensaje.

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