martes, 9 de agosto de 2016

Ser asertivos: nuestra mejor norma de conducta






Aprender a ser personas asertivas es clave para nuestro desarrollo psicológico y para poder relacionarnos, eficazmente, con otras personas. La asertividad incide en muchas actividades y áreas:

Ayuda a afrontar los problemas y los conflictos que surgen en las relaciones interpersonales. Confiar en que cada uno es capaz de solucionar los problemas y obstáculos que puedan surgir, tomando sus propias decisiones, exponiendo su punto de vista y no permitiendo que otros sean los jueces de sus actuaciones.

Contribuye al desarrollo de una mayor seguridad en sí mismo. Confiando en su propio criterio, sin tener que justificar sus decisiones o actuaciones, ni dar una explicación para todo aquello que hace o que desea hacer.

Ayuda, a las personas inseguras y que les cuesta afirmarse a sí mismas, a comunicarse mejor con los demás. Expresar lo que desean, establecer unos límites razonables en sus relaciones, aprendiendo a decir “No”, sin sentirse culpables. Especialmente, con aquellas personas que piensan que el mundo les pertenece y que los demás deben hacer lo que ellos quieran. 

Permite comprender mejor lo que ocurre cuando alguien, por miedo e inseguridad, se siente incapaz de enfrentarse con otra persona para intentar remediar esta dificultad. Para ello, le servirá aprender a utilizar algunas técnicas asertivas y entender cuáles son los Derechos Asertivos, que son válidos para todos y le ayudarán a establecer unos criterios claros de lo que no es conveniente dejar que los demás traspasen.

Sirve para aceptar la parte de verdad de algunas críticas negativas. Comprender si son válidas y si las  han expresado de manera adecuada. Saber cómo proceder ante las críticas, sin sentirse amenazado y sin atacar a su interlocutor. Aprender a actuar y de alguna forma, neutralizar, a quienes suelen utilizar la crítica y los comentarios negativos o despectivos, para sentirse superiores, para hacer que la otra persona se sienta insegura y culpable. Creo que este tema de las críticas es importante, por lo que pienso que será interesante tratarlo con mayor extensión y detenimiento, en otra ocasión.

Quitarse el miedo a cometer errores. Ser conscientes que todos se encontrarán con un buen número de fracasos, equivocaciones y errores. Asumir que son una parte importante de la vida, de la lucha por conseguir las metas y de las múltiples decisiones que se toman día a día. Ser capaces de afrontarlos, de cuestionar qué pudo haber hecho y ver cómo rectificar. Distinguir cuál es su responsabilidad y no asumir como errores lo que otros etiqueten así; sin ser una equivocación, si se analiza de acuerdo a los propios criterios, intereses y valores.

Aprender a no sentirse culpable por aquellas cosas que uno piense, diga o haga. Es necesario desterrar esa palabra del vocabulario que nos dedicamos a nosotros mismos. Afortunadamente, la asertividad ayuda a valorar nuestras propias actuaciones y las de los demás, sin necesidad de sentirnos culpables o de hacer que las otras personas se sientan culpables. Para los que estén interesados en este tema de la culpa y la culpabilidad, pueden serles de utilidad algunas reflexiones que recogí en otro escrito, titulado: No me gusta la palabra culpa; prefiero hablar de responsabilidad”.

Descubrir qué es lo que cada uno va a hacer con respecto a los problemas y conflictos que se le vayan planteando. Dejar de tener una actitud pasiva, temerosa y dependiente de otros, para que les resuelvan los problemas o les sugieran lo que deben hacer. Tomar las riendas de su propia existencia, siendo los protagonistas de lo que decidan hacer, o no hacer. Asumiendo la responsabilidad que se derive de la utilización de su libertad.




Bibliografía:

SMITH, Manuel J.: “CUANDO DIGO NO ME SIENTO CULPABLE”, Editado por Grijalbo, Barcelona.




Imagen encontrada en Internet, modificada para el blog. Desconozco quién es su autor. Gracias por compartirla. Esta en una de las que se encuentran en Internet. 

https://www.playea.es/wp-content/uploads/2015/06/asertivo.jpg 





2 comentarios:

  1. Tema espinoso, pero necesario. Hoy tengo claro que no me siento culpable por decir lo que siento. Es hora de tener una sola cara, llevar una careta es muy frustrante.

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    1. Así es, Paloma. Llevar una careta, o actuar de acuerdo a lo que otros esperan de uno, es agotador. Es bueno eso de no sentirnos culpables, aunque otros se las arreglen para intentar lograr que nos sintamos culpables. Recuerda el otro escrito. Es mejor la palabra responsabilidad. Por cierto, ya casi publico el siguiente... Un abrazo muy grande.

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