En escritos anteriores, nos hemos referido a la asertividad
y a los derechos
asertivos. Lo visto hasta ahora, nos ayudará a descubrir el camino por el
que poder transitar; pero, no es suficiente para mostrarnos asertivos. Para
ello, las técnicas verbales asertivas nos serán de gran utilidad.
Para ser asertivos, la primera virtud que debemos adquirir es la persistencia. Repetiremos, cuantas
veces sea necesario, lo que queremos; sin enojarnos, sin irritarnos y sin tener
que levantar la voz.
Cuando nos encontremos con una situación conflictiva, cabe la
posibilidad de que debamos insistir, manteniendo nuestra opinión o posición
ante un tema, si queremos comunicarnos de una manera eficaz.
El DISCO RAYADO es una técnica verbal que nos ayudará a mostrarnos
persistentes, sin necesidad de dar razones o explicaciones. Haciendo caso omiso
de cuanto puedan decirnos quienes tengan como objetivo lograr que desistamos de
nuestra idea o de nuestro propósito.
Cuando
hacemos uso de la mencionada técnica, es
conveniente que tengamos claro qué
es lo que queremos conseguir. Mostrándonos firmes, insistiendo en nuestros
planteamientos y concentrándonos en la cuestión que se está debatiendo. Nada de
lo que diga nuestro interlocutor podrá hacer que cambiemos nuestra decisión. Seguiremos
diciendo, con voz tranquila y de forma repetitiva, lo que queremos, hasta que
consigamos que nuestra postura sea
respetada.
A
pesar del título otorgado a esta técnica, no será necesario que utilicemos,
repetitivamente, las mismas palabras; podemos tener muchas formas alternativas
de exponer nuestra idea, siempre y cuando seamos fieles a lo que deseamos
expresar.
Utilizaremos
este recurso, cuando nos insistan en que aceptemos algo con lo que nosotros no
estamos de acuerdo. Es una forma de defendernos contra sus intentos de
manipulación, al pretender forzarnos a aceptar lo que ellos quieren imponernos.
Estos comportamientos son frecuentes en algunas transacciones comerciales en
las que desean llevarnos a su terreno, haciéndonos sentir mal, cuando no
aceptamos lo que nos ofrecen. Tengamos en cuenta que ellos están acostumbrados
a buscar todos los argumentos posibles para salirse con la suya y para hacernos
creer que, nosotros, no llevamos la razón en nuestras peticiones. Suelen
conseguir su objetivo, en caso de no mantenernos firmes en nuestra postura.
Conviene
tener especial cuidado cuando utilizamos esta técnica con personas cercanas,
familiares o amigos, ya que pueden pensar que estamos siendo agresivos con
ellos y su tendencia será la de atacarnos a nosotros. Si necesitamos insistir
en algo, no deberemos utilizar esta técnica de forma aislada, sino en
combinación con otras, como son COMPROMISO VIABLE y BANCO DE NIEBLA.
Quiero
precisar algo: el hecho de que ellos quieran hacernos creer que estamos siendo
agresivos, cuando solamente estamos intentando exponer lo que nosotros
queremos, es una forma de manipulación y un intento de hacernos sentir
culpables. Debemos estar con las antenas puestas y no entrar al trapo, si esto
ocurriera.
El DISCO
RAYADO es una técnica de asertividad que puede ser muy efectiva cuando tratas
de hacer valer tus derechos ante una persona que está haciendo oídos sordos a
lo que tú le dices.
Por ejemplo:
Una amiga nos pide que le acompañemos al aeropuerto, a recoger a un amigo
común; pero, nosotros no podemos ni queremos ir, porque tenemos otros planes. La
primera vez que respondes puedes dar alguna explicación, si así lo deseas; pero,
si te sigue insistiendo, dispuesta a convencerte de cualquier modo, puedes limitarte
a repetir la misma contestación, una y otra vez: “Esta tarde no puedo ir”. Utilizando
todas cuantas variantes gramaticales se te ocurran.
De este modo,
no entras en debates ni discusiones y estás dejando bien claro a tu amiga que
no vas a ceder, que dan igual los argumentos que pueda utilizar para
convencerte, no hay nada que hacer. Cuando lo único que obtenga de ti sea un
tranquilo, pero firme: "No; lamento muchísimo tener que repetirte que,
esta tarde, me es imposible acompañarte al aeropuerto", se acabará
aburriendo y no tendrá más remedio que desistir.
Aplicando
el procedimiento del DISCO RAYADO, iremos modificando el hábito compulsivo de responder a cuantas preguntas u observaciones
se nos hagan. Este hábito se basa en nuestra creencia de que, cuando
alguien nos habla, “debemos” responder específicamente a lo que nuestro
interlocutor nos dice. Nos daremos cuenta de cuán arraigada está en nosotros
esta práctica y de cuán incómodos nos sentimos, cuando tratamos de no responder
automáticamente a las interpelaciones que se nos hacen.
Algunos,
piensan que pueden utilizar los derechos y las técnicas asertivas como un medio
para “vengarse” o “desquitarse” de sus manipuladores, consiguiendo lo que ellos
quieren que otro haga. Es conveniente precisar que eso no sería ser asertivos,
sino manipuladores.
No
debemos olvidarnos que nuestro interlocutor tiene derecho a decir NO y a no
estar de acuerdo con nuestros planteamientos. En tal caso, es conveniente
intentar llegar a una solución de compromiso en la que los dos cedan, sin que
ninguno llegue a perjudicarse. Lo cual, equivale a decir que deberemos llegar a
un acuerdo que sea beneficioso para ambos: un COMPROMISO VIABLE.
Cuando
nuestro interlocutor se muestra asertivo con nosotros, el conflicto se
establece en torno a los datos reales del problema en cuestión y no en torno a
la fuerza relativa de las personalidades en juego. La solución deja de depender
de quién es el mejor o el peor manipulador. Nos sentiremos igualmente bien,
aunque nuestro objetivo no se haya alcanzado, en su totalidad. Bajo ningún
aspecto, disminuirá la confianza en nosotros mismos; al contrario, nos daremos
cuenta de que nuestra capacidad de negociación va en aumento.
En ocasiones,
mediante el COMPROMISO VIABLE, nos comprometemos a hacer algo en el futuro, como
una llamada para solucionar un problema: "Mañana telefonearé al
distribuidor y aclararemos su reclamación". Se trata de comprometernos a
algo que podamos cumplir. Por supuesto, para mantener nuestra
credibilidad y la confianza depositada en nosotros, es importante que lo llevemos a término.
En la práctica, siempre que comprendamos que no está en juego el
respeto que sentimos por nosotros mismos, da excelentes resultados ofrecer a
nuestro interlocutor un COMPROMISO
VIABLE.
Ejemplos:
Podemos estar dispuestos a esperar un período de tiempo concreto
para que nos cambien o nos reparen la mercancía.
Podemos acatar los deseos de nuestra amiga para ir al cine; otro
día, haremos lo que nosotros hace tiempo que estábamos deseando: ir a la playa.
No es necesario que impere la voluntad de uno u otro, ¿por qué no
tomar la decisión “a cara o cruz”?
Si la
consecución del objetivo final pudiera poner en peligro cualquiera que fuera el
valor propio que estuviera en juego, no cabría COMPROMISO VIABLE alguno.
Bibliografía:
SMITH, Manuel J.: “CUANDO DIGO NO, ME SIENTO CULPABLE”, Editorial
Grijalbo, Barcelona.
Técnicas muy valiosas e importantes para comunicarnos, sin hacer ni hacernos daño.
ResponderEliminarAsí, es Paloma. Necesitamos de técnicas que nos ayuden a comunicar lo que queremos, sin hacer daño a otros y sin permitir que nos lo hagan a nosotros.
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