C y S = Consecuencias y Secuelas |
Nuestras
decisiones y acciones tienen muchas más consecuencias de lo que, en un
principio, podríamos haber imaginado. Como en todo, hay ciertas decisiones
sencillas que no son de gran trascendencia; mientras que hay otras, cuyas
consecuencias pueden hacernos cambiar el rumbo de la vida personal o laboral.
En
ocasiones, actuamos con poca reflexión, o impulsivamente, en asuntos que
requerirían un mayor detenimiento y estudio de las posibles implicaciones que la
toma de una decisión comporta posteriormente. Nos conformamos con las pocas
ideas que nos vienen a la cabeza.
Algunas
personas, por el contrario, piensan tanto en las posibles consecuencias, que
tardan una infinidad en tomar una decisión.
Hay
quienes, con muy poco fundamento, se imaginan una cantidad de buenos resultados
y, otros, una infinidad de inconvenientes. Muchos de ellos, a causa de una
perspectiva catastrofista; razón por la cual, tendrán tendencia a alejarse de
la toma de decisiones.
Decidir
o no decidir, actuar o no actuar, hablar o no hablar, guardarnos parte de la
información que tenemos, revelar secretos imprudentemente… Continuamente
estamos tomando decisiones. Algunas veces, sin apenas ser conscientes de ello.
En otros momentos, ante la presión que ejercen otras personas. O bien,
obligados por las circunstancias. El problema reside en que no solemos dedicar
unos minutos a plantearnos las posibles consecuencias o resultados que
acarrearán nuestras actuaciones; al igual que sucederá con nuestras omisiones.
Edward
De Bono nos propone una pequeña herramienta para que hagamos, de forma intencionada,
lo que no hacemos, o lo que hacemos de manera rudimentaria.
C y S = Consecuencias y Secuelas
(Nota
aclaratoria: Yo conocí esta técnica como C y S, Consecuencias y Secuelas, razón
por la cual, es el nombre que utilizo en este escrito; aunque, algunas
traducciones de los libros de Edward De Bono, utilizan C y R, Consecuencias y
Resultados.)
Con
esta herramienta de pensamiento consideramos las posibles consecuencias, los resultados
que podemos prever y las secuelas que
se pueden presentar en el futuro. Todo ello proyectado en el tiempo, de acuerdo
a distintos marcos temporales, para evitar resultados inadvertidamente
negativos.
El
acto de pensar es casi siempre a corto plazo. Estamos interesados en lo que
ocurre en seguida; pensando que el futuro ya llegará y, entonces, nos
ocuparemos de lo que surja. Algunas veces, simplemente reaccionamos a los
acontecimientos, actuando precipitadamente, sin prever las consecuencias.
C y S
es una instrucción para considerar, de manera deliberada, las consecuencias de
una acción o decisión. Nunca sabremos, exactamente, cuáles serán los resultados
y las consecuencias de nuestras acciones. No obstante, es importante que
dediquemos unos minutos a pensar en el tipo de consecuencias y secuelas que se
presentarán como consecuencia de las decisiones que tomamos y de las acciones
que realizamos, al igual que de nuestras omisiones, tal como hemos mencionado
con anterioridad. Veremos de qué manera nos pueden afectar, a nosotros, o a
otras personas. A nuestra vida personal, social y laboral, a un negocio, al
medio ambiente, a nuestra comunidad…
Se
podría decir que ésta es la más importante de todas las herramientas de
pensamiento, para la vida real. Si tu pensamiento está orientado hacia
cualquier clase de acción que se proyectará en el futuro, decisiones, elecciones,
planes, etcétera, deberás pensar en las consecuencias que se derivarán de tu
elección.
¿Va a funcionar?
¿Cuáles van a ser los beneficios?
¿Cuáles pueden ser los problemas, los
peligros y los riesgos que se pueden presentar?
¿Cuáles
van a ser los costes de implementación de esa idea?
El C
y S es una herramienta de pensamiento
que nos sirve para la exploración y la evaluación del futuro.
Si
consultáramos la ruta que pensamos seguir y el mapa nos advirtiera de que la
carretera es mala, buscaríamos otra alternativa diferente. De no existir una
opción mejor, trataríamos de prever los posibles riesgos, iríamos con sumo
cuidado, intentando minimizar los inconvenientes, hasta conseguir llegar a
nuestro destino final.
La
utilización eficiente de esta herramienta de pensamiento, C y S, ejerce una
poderosa influencia sobre la destreza del pensamiento, incluso haciendo un uso aislado de la misma.
Los
jóvenes pueden tener dificultades con el C y S, debido a que no suelen pensar
en el futuro. Para ellos, el futuro es algo vago y lejano. Lo máximo que piensan
es en lo que pueda suceder en una o dos semanas. Además, hay otras personas que
se ocupan de pensar en el futuro, por ellos. Por cierto, algunos, lo hacen en
demasía, impidiéndoles decidir o participar en las decisiones que incumben, a estos jóvenes, de manera muy
especial.
La escala de tiempo
Las
consecuencias, los resultados y las secuelas de nuestras actuaciones serán
diferentes, de acuerdo al marco temporal que utilicemos para analizarlas:
Las consecuencias inmediatas: son las consecuencias posteriores
a la acción.
A corto plazo:
aquello que puede suceder después de lo inmediato.
A medio plazo,
incluye lo que puede suceder cuando las cosas ya se hayan asentado.
A largo plazo, contempla lo que puede llegar a
suceder mucho tiempo después.
Estos
marcos temporales son arbitrarios y pueden cambiarse. También pueden
especificarse para adaptarse a la situación. Los plazos concretos serán
diferentes de acuerdo a cada una de las situaciones que analicemos. Por
ejemplo, cuando una marca automovilística toma la decisión de lanzar un nuevo
modelo al mercado, los plazos involucrados son largos, a pesar de las prisas
que el constructor pueda tener por presentarlo a sus clientes. Necesitará un
mínimo de un año para el pertinente estudio de Marketing, no menos de dos para
su diseño y otros tantos para realizar el despiece de sus partes y componentes
con destino a sus proveedores. Deberá preparar los útiles y maquinaria
necesarios para su fabricación y adecuar el sistema de robótica de su línea de
montaje, todo lo cual comportará otros doce meses de tiempo, por lo menos.
Finalmente, tendrá que cumplir con la preparación de toda la documentación
técnica del vehículo, aquella con destino a sus futuros usuarios y la que
deberá facilitar a su red comercial y de servicios de asistencia técnica y de
repuestos… Será necesario, en fin, planificar en el tiempo cada una de las
etapas involucradas, hasta que el automóvil sea, felizmente, presentado al
mercado. Aunque algunas de estas acciones se solapen, habrán transcurrido un
mínimo de cuatro años.
De
igual manera, se planificarán y tendrán en cuenta las consecuencias que la
decisión de lanzar un nuevo modelo de automóvil comporta. A corto plazo, se
evaluarán los recursos financieros que serán necesarios para afrontar las
inversiones que el proyecto industrial comporta. A medio plazo, aquellos que
hacen referencia al lanzamiento comercial y al mantenimiento del stock inicial.
Finalmente, deberán cumplirse las previsiones de venta con la facturación real
de las unidades a los clientes y el retorno de las inversiones, con su
respectivo beneficio de explotación.
En
una discusión con un amigo, lo inmediato es ese momento, el corto plazo, un
día; el medio plazo, una semana, y el largo plazo, un mes.
En
cada situación debemos especificar las escalas de tiempo que se van a
contemplar, antes de empezar un C y S.
Al
realizar un C y S siempre hay un intento deliberado por centrarse en el marco
del momento. Se van sucediendo el análisis de las posibles consecuencias
inmediatas, a corto plazo, a medio y a largo plazo. El ejercicio puede ser
difícil debido a que no es natural y a que tendemos a pensar en consecuencias en
general, sin asignarles franjas temporales.
Riesgos
¿Va a funcionar como esperamos?
¿Qué puede ir mal?
¿Qué peligros reales hay?
¿Qué es lo peor que podría pasar?
¿Cuál es el resultado ideal?
¿Cuál es el resultado más probable?
Si
podemos imaginar lo peor y todavía creemos que vale la pena seguir con ello,
adelante con la acción.
Si
pensamos en los mejores resultados que nos gustaría obtener, teniendo también
en cuenta cuáles serían los resultados más probables, lograremos conservar la
ilusión por nuestro proyecto siendo, al mismo tiempo, prácticos y realistas.
Certidumbre
Nunca
podremos estar seguros del futuro. No poseemos toda la información de lo que
pueda ocurrir en el futuro. Ésta es una de las razones por las que es tan
importante pensar. Cuando escrutamos el futuro con un C y S, nos encontraremos
con diferentes niveles de certeza y de incertidumbre.
Estoy seguro de que las cosas van a
suceder así.
Éste es el resultado más probable.
Podría ser de esta manera o de esta
otra.
Es posible, pero no puedo estar
seguro.
No
tengo la menor idea de lo que va a pasar.
A
menudo, tenemos que actuar con niveles bajos de certidumbre. No siempre podemos
esperar la plena certeza, que quizás nunca llegue a alcanzarse. Lo importante
es ser conscientes del nivel de certeza en el que nos estamos moviendo. Hay
cosas bastante probables, mientras que hay otras casi imposibles. Si estás
haciendo suposiciones, sé consciente de que sólo son suposiciones.
Tengamos
especial cuidado cuando tomemos nuestras decisiones personales ya que no podremos
tener seguridad total de éxito. Especialmente, todo lo que se refiere a
nuestras relaciones es una incógnita por descubrir. Son muchos los elementos
que intervienen. Debemos estar atentos a lo que sucede, a las señales, a lo que
sentimos, a lo que vemos en el otro, para ir modificando nuestras actuaciones,
rectificando los errores y, en algunas ocasiones, nuestras metas, si fuera
necesario.
Para tener
un mayor conocimiento sobre las posibles consecuencias de nuestras acciones y evitar
equivocarnos en nuestra toma de decisiones, procuremos tener la mayor
información posible. Para ello podemos utilizar otras herramientas de
pensamiento que ya hemos visto, como el CTF, Considerar Todos los Factores que
puedan intervenir, ver lo Positivo, Negativo e Interesante de esa idea, PNI,
tener en cuenta otras Alternativas, Posibilidades y Opciones, APO. Iré, poco a
poco, escribiendo acerca de otras herramientas que también nos ayudarán a
pensar, a actuar, a elegir, a decidir…
Ejercicios de C y S
¿Qué
pasaría si hubiese un método para enseñar a hablar a los perros? Haz un C y S
sobre esto; considera las consecuencias inmediatas y a largo plazo.
Tu
mejor amigo, con el que sueles estar, resulta herido en un grave accidente de
carretera. Le ingresan en un hospital, donde va a tener que permanecer seis
meses. Haz un C y S sobre cómo va a afectar esto a tu vida.
El
trabajo de oficina puede hacerse desde casa, mediante terminales de ordenador.
Bibliografía:
DE BONO, Edward:
“Aprender a pensar”, Plaza & Janés Editores.
DE BONO, Edward: “Cómo enseñar a pensar a tu hijo”, Editorial
Paidós.
Artículo muy interesante y orientativo. Es importante pensar en ello planearse una estrategia y si algo sale como no habíamos previsto, utizar ese plan "B" y "C" para minorizar las condecuencias y poder salvar esa decisión que no hayamos calculado correctamente en el C y S.
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