No sería exagerado afirmar que, a lo largo de nuestras vidas, todos
nos hemos encontrado con dificultades, a la hora de relacionarnos con los
demás.
En algunas personas, estas dificultades son bastante marcadas, lo
que les impide tener un adecuado comportamiento en ciertas ocasiones. Se pueden
convertir en personas solitarias, que no disponen de las herramientas
necesarias para solucionar los inconvenientes que tienen que afrontar en su
comunicación con los demás.
Pueden tener dificultades, especialmente, con aquellos que tienen
un carácter firme, dominante, agresivo. Posiblemente, también, con quienes son
tan temerosos e indecisos, que les cuesta expresar lo que quieren decir.
Con las personas que son amables, respetuosas y que saben
escuchar, será más fácil hablar y solucionar cualquier diferencia que pueda
surgir.
Tienden a pensar que algunas
personas son las que les causan los problemas y las dificultades. Incluso,
pueden llegar a considerar que son como son, debido a la forma como se han
comportado con ellas. Pueden pensar que, si no fuera por los demás, su vida
sería más tranquila.
Se les olvida que cada uno es el protagonista y el último
responsable de todo lo que ocurra en su propia vida. De alguna forma, mucho de
lo que les sucede, ha podido darse porque otras personas actuaron como si
tuvieran poder sobre ellas. Sin darse apenas cuenta, aceptaron tal intromisión
de una forma totalmente involuntaria y no repararon que les estaban otorgando
poder para incidir en sus vidas.
Es posible encontrarse con personas con las que, realmente, sea
muy difícil la comunicación. Las dificultades empiezan cuando no se está de acuerdo
con lo que ellas dicen. Si el interlocutor tiene confianza en sí mismo y sabe
cómo manejar la situación, encontrará la forma de expresar lo que piensa y
establecerá unos límites razonables. Otros, se enfadarán, responderán de forma
airada. Esto agravará la situación o no les llevará a ninguna parte. Se
quedarán rumiando sus pensamientos y su enfado. Para un tercer grupo, compuesto
por personas inseguras, con dificultades para expresarse delante de personas
impositivas y dominantes, les parecerá que tienen que escalar una gran montaña;
no sabrán cómo manejar la situación que se les plantea y se sentirán
angustiadas, molestas, con miles de pensamientos de lo que deberían haber
dicho, auto castigándose por no haberse atrevido a hacerlo.
Es conveniente aprender a expresar adecuadamente lo que se quiere comunicar
y poner unos límites, a las otras personas, sobre lo que no se está dispuesto a
permitir. En últimas, aprender a ser asertivos, afirmándose y clarificando qué
es lo que les gusta en una relación y qué es lo que no.
Este texto está inspirado en el primero de una serie de escritos
que preparé, hace varios años, para tratar el tema de la asertividad y los
Derechos Asertivos, basándome en el libro de Manuel J. Smith: “CUANDO DIGO NO, ME SIENTO CULPABLE”.
Comparto la opinión del autor cuando dice que, para intentar
solucionar los problemas y conflictos cotidianos, saber preguntarse qué es lo que puede ser de utilidad, qué
es lo que funcionará, es mucho más conveniente que plantearse por qué habrá de funcionar. Se refiere a
los Derechos Asertivos y a algunas técnicas de asertividad, las cuales, en caso
de aplicarlas, nos darán resultados muy positivos.
Es importante descubrir qué es lo que puede ayudar. Cómo poder
expresarse mejor, cómo no prestar atención a ciertos pensamientos negativos. Aprender
a no reaccionar impulsivamente ante lo que otras personas expresan y ante su
forma de actuar.
En ocasiones, es inútil empeñarse en averiguar por qué una persona tiene determinado
problema o por qué lo tienes tú; por qué actúa como lo hace y por qué te afecta
tanto. Sería más útil centrarse en ver
qué es lo que se puede hacer, con respecto al comportamiento de esa persona,
descubriendo lo que te perturba de su manera de actuar y qué es lo que se debe
aprender, para no “saltar” con agresividad ante sus palabras, ni quedarte
callado por miedo a hablar.
No es tan importante saber la razón por la que los demás dicen
algo o actúan como lo hacen. Con esto, no quiero decir que conocer a los demás
y conocerte a ti mismo no sea importante. Pretendo poner el énfasis en la
necesidad de intervenir, de hacer
algo diferente a lo que hacías anteriormente. Aprender a responder adecuadamente ante ciertos comportamientos de
otras personas, de manera que te afecten menos y logres expresar lo que sientes
y piensas.
Si empiezas a darle vueltas a los porqués de algo, lo único que
conseguirás es aumentar los pensamientos automáticos y las emociones
disfuncionales, crear un problema gigantesco dónde antes sólo había una
dificultad o una pequeña diferencia de opinión.
Independientemente de la profesión, la educación, los
conocimientos que poseas, la familia o el tipo de vida que lleves, habrá
momentos en los que deberás afrontar los problemas que se derivan de tu relación
con otras personas que están a tu alrededor.
Te enfrentarás a una gran cantidad y variedad de incógnitas
personales. Eso es lo normal. Tener muchos y diferentes dilemas, obstáculos y
retos que superar. Lo importante es aprender a solucionarlos. Si no lo hacemos,
muy a menudo tendremos que afrontar problemas parecidos, hasta que encontremos
la forma de salir airosos de esas situaciones. Con cada obstáculo a superar, la
vida nos va ofreciendo las lecciones que necesitamos para perseverar en nuestro
personal desarrollo.
Nota: En próximos escritos ahondaré en este tema. Podríamos decir que
este escrito es una mera introducción al tema de la asertividad.
Hablaremos de las diferentes formas que tenemos los humanos para
solucionar los problemas; de cómo, sin darse cuenta, algunos adultos hacen que
desaparezca la asertividad natural que existe en los niños y de cómo podríamos potenciarla,
con nuestro ejemplo. Luego, vendrá una cuestión que puede provocar una sonrisa
en más de uno: los Derechos Asertivos.
Para los que quieren ver acción y no sólo teoría, será conveniente
ofrecer algunas de las herramientas que pueden ayudarnos a ser más asertivos.
Tan sólo me permito pedirles un poco de paciencia, ya que será conveniente explicar
muchas cosas antes de poder llegar a la acción.
Espero que disfruten conmigo de este viaje y que, al igual que a
muchas personas antes que a ustedes, la asertividad contribuya a disminuir las
tensiones que puedan surgir a la hora de relacionarse con los demás. Para ser
más eficientes en la comunicación y para que aprendan a disfrutar de tener un
espacio personal, que les ayudará a mejorar la confianza en sí mismos y su
propia autoestima.
Bibliografía:
SMITH, Manuel J. : "CUANDO DIGO NO, ME SIENTO
CULPABLE", Editado por Grijalbo, Barcelona.
Imagen encontrada en Internet. Desconozco su autor.
Fantástica introducción al mundo de una comunicación eficiente y a las distintas reacciones que pueden llevarnos a un resultado nada deseado. Estoy ansiosa por seguir leyendo tus artículos, ya que para mi este tema, es especialmente importante. Siempre estarè rastreando tu blog, en busca de una mejor calidad de vida. Un fortísimo abrazo.
ResponderEliminarBuenos días, Paloma. Gracias por tu mensaje. La asertividad nos trae grandes beneficios para nuestro desarrollo psicológico y para un mejor desempeño en nuestras relaciones personales. Espero que sea un buen apoyo para esos cambios personales que has iniciado desde hace un tiempo.
EliminarBuenos días, Paloma. Gracias por tu mensaje. La asertividad nos trae grandes beneficios para nuestro desarrollo psicológico y para un mejor desempeño en nuestras relaciones personales. Espero que sea un buen apoyo para esos cambios personales que has iniciado desde hace un tiempo.
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