jueves, 26 de julio de 2018

El duro despertar de un niño





Un niño herido en su integridad tardará mucho tiempo en darse cuenta de que el comportamiento de sus padres hacia él no es el adecuado y que él no se merece el trato recibido. Con las experiencias vividas, años después, puede llegar a la conclusión de que es posible que sus padres no le amaran.

Mientras tanto, creerá que hay algo mal en él mismo y que, por ello, sus padres actúan como lo hacen. En realidad, los malos tratos, los insultos y las humillaciones, no tienen que ver con lo que él niño hace, o no hace, sino con el hecho de que los adultos no han sido capaces de controlarse. No saben cómo comunicarse con sus hijos, ni cómo cuidarlos, educarlos, protegerlos o respetarlos.

El hijo está convencido de que sus padres sí le quieren y que actúan por su bien. Por lo tanto, el niño termina creyendo que él es el causante de sus propios problemas; creará un mal concepto de sí mismo, tendrá una baja autoestima y no será capaz de amarse.

Nota: Aunque algunos ya conocerán este escrito, pues lo había publicado como foto, en Facebook, quise incluirlo también en este blog, dada la importancia que tiene, para una persona, el quererse a sí misma.


  
Imagen encontrada en Internet, en un grupo, modificada para el blog.



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