miércoles, 28 de septiembre de 2016

De qué no hablo, cuando hablo de amor (Jorge Bucay)





No hablo de estar enamorado cuando hablo de amor.
No hablo de sexo cuando hablo de amor.
No hablo de emociones que sólo existen en los libros.
No hablo de placeres reservados para los exquisitos.
No hablo de grandes cosas.

Hablo de una emoción capaz de ser vivida por cualquiera.
Hablo de sentimientos simples y verdaderos.
Hablo de vivencias transcendentes pero no sobrehumanas.
Hablo del amor tan sólo como querer mucho a alguien.

Y hablo del querer no en el sentido etimológico de la posesión, sino en el sentido que le damos coloquialmente en nuestros países de habla hispana.
Entre nosotros, rara vez usamos el te amo, más bien decimos te quiero, o te quiero mucho, o te quiero muchísimo.

Pero, ¿qué estamos diciendo con ese “te quiero”?
Yo creo que decimos: “Me importa tu bienestar”.
Nada más y nada menos.

Cuando quiero a alguien, me doy cuenta de la importancia que tiene para mí lo que hace, lo que le gusta y lo que le duele a esa persona. 
Te quiero significa, pues, me importa de vos; y te amo significa me importa muchísimo. Y tanto me importa que, cuando te amo, a veces priorizo tu bienestar por encima de otras cosas que también son importantes para mí.

Esta definición (que me importa de vos) no transforma al amor en una gran cosa, pero tampoco lo reduce a una tontería…
Conducirá, por ejemplo,  a la plena conciencia de dos hechos: no es verdad que te quieran mucho aquellos a quienes no les importa demasiado tu vida y no es verdad que no te quieran los que viven pendientes de lo que te pasa.

Repito: si de verdad me querés, ¡te importa de mí!
Y por lo tanto, aunque me sea doloroso aceptarlo, si no te importa de mí, será porque no me querés. Esto no tiene nada de malo, no habla mal de vos que no me quieras, solamente es la realidad, aunque sea una triste realidad (dice la canción de Serrat: Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio… Quizá haya que entender que eso es lo triste, que no tenga remedio).


Autor: Jorge Bucay
(Fragmentos del libro: "El camino del encuentro")


* * * * * * *

Comentario:

Bucay se refiere a muchos elementos importantes acerca del amor. Para mí, todos ellos, no son sólo aplicables al amor de pareja, sino al amor en términos globales. El que se profesa a los amigos, el existente entre padres e hijos, hermanos, y familia en general…

Me tomo la libertad de hacer hincapié en algunas de las ideas que encontramos en el escrito:

El amor se da, o no se da; no podemos forzarlo…

Resaltar otro aspecto relativo al amor: además del sentimiento, que puede o no puede existir, si amamos o queremos a alguien, queremos quererlo; utilizamos nuestra voluntad para amar y para demostrar que esa persona es importante para nosotros.

Podemos intentar cuidar ese querer y procurar que crezca en los dos, mostrando nuestro amor, de muchas formas. Nunca, olvidándonos de querernos y cuidarnos a nosotros mismos, para realmente poder querer a la otra persona. Si yo no me quiero y no me valoro a mí mismo, mi amor, hacia otras personas, será de muy baja calidad.

Pero, si no existe el amor, o si ha desaparecido, nada de lo que hagamos puede contribuir a que el otro nos quiera o a que ese amor exista en nosotros.

O se quiere, o no se quiere. Es algo que debemos afrontar. Y, por supuesto, aceptar.

El amor es un tema del que podremos hablar ampliamente, más adelante… Por ahora, nos quedamos con las palabras de Jorge Bucay.

Magdalena Araújo




Imagen encontrada en Internet. Desconozco su autor.





2 comentarios:

  1. En realidad, tendemos a confundir amor 1 posesión y es precisamente cuando no posees, lo que te hace entender el significado del amor. Si me interesa lo que hace o necesita la persona que quiero, es porque me parece importante para mí Está muy bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Paloma. Una semana un poco complicada... Hoy puedo responder a tu comentario. El amor se manifiesta o puede darse de muchas formas positivas. Para mí, eso es fundamental, que el amor se manifieste de forma amorosa, amable, comprensiva y paciente, y perdón por la redundancia.
      Aunque cada uno tiene su forma particular de queter, cada dia me convenzo más que la agresividad, la imposición y la arrogancia no forman parte del amor; lo matan, si alguna vez existió.

      Eliminar