Es
curioso cómo suceden ciertas cosas en nuestras vidas. De pronto, sin esperarlo,
nos encontramos con personas que nos ayudan a entender mejor ciertos temas de nuestro
pasado. Ello repercute en nuestra forma de percibir épocas anteriores y modifica
sustancialmente la visión que tenemos de nosotros mismos.
No sé
si la comunicación con esas personas ocurre por casualidad o por necesidad. Parecen
mensajeros que llegan a nuestra vida y nos hallan receptivos a contemplar nuestro
pasado, desde una nueva perspectiva.
El
encuentro con esos seres nos proporciona información inesperada que puede llevarnos
a revisar ciertas creencias personales y a tomar decisiones sobre nuestro
futuro, en beneficio de nuestra evolución personal.
Para
poder hacer algunos cambios en nuestra vida, será precisa una forma diferente
de percibir algunos temas, la cual difícilmente podrá ser proporcionada por
aquellas personas cercanas, a pesar de sus buenas intenciones hacia nosotros. Aquella
percepción distinta, deberá provenir de personas a las cuales conocimos y de
las que no supimos nada, durante muchos años; o bien, de aquellas que, por
designio del destino, han aparecido recientemente en nuestro camino. Serán las
que nos aportarán una visión nueva y distinta de las cosas y de los hechos, que
habrá de servirnos de gran ayuda a la hora de establecer sustanciales
modificaciones en nuestro comportamiento futuro; incluso, derivar en un cambio
de rumbo.
El
hecho de contactar con personas que formaban parte de nuestro pasado, puede
proporcionarnos una serie de elementos que otros no podrían aportar. Ellos estuvieron
cerca, compartiendo parte de nuestro tiempo, ya sea porque estudiábamos en el
mismo sitio, porque formábamos parte de algún grupo, porque nos unía algún tipo
de relación o porque teníamos intereses y objetivos parecidos. La comunicación
con ellos nos dará la referencia de cómo nos veían y de cómo valoraban el
entorno en el que nos movíamos. Nos hablarán de detalles y hechos que no
recordábamos, los cuales, nos proporcionarán los elementos claves para poder
comprender esa época de nuestra existencia.
Al
hablarnos sobre su propia experiencia, sus pensamientos o sus conclusiones, nos
ayudarán a revisar nuestra historia personal. También, al no habernos
comunicado en tantos años, será como un volver a conocernos, teniendo en cuenta
las dos etapas, la anterior y la actual. De alguna forma, con esas experiencias,
nos veremos forzados a identificar y seleccionar toda la información que va
surgiendo y colocarla como si fueran las piezas de un rompecabezas. Será
preciso integrar los nuevos datos, algunos desconocidos u olvidados por
nosotros, resolviendo las dudas que podíamos tener.
No sé
si esto último les sucede a muchas personas. Yo he sufrido importantes cortes
en mis relaciones, debido a frecuentes cambios de residencia. Desde los que
comenzaron en América, hasta mi traslado a España, hace tres décadas. Los
cambios de domicilio que he tenido que afrontar han sido innumerables y me han
llevado a vivir en diferentes ciudades y pueblos. Por una parte, me he sentido
muy enriquecida por el conocimiento de las tierras y de las gentes; pero, por
otra, ha motivado que haya sido muy difícil volver a coincidir con la mayoría
de las personas que han formado parte de mi vida.
Desde
hace unos años, debido a las redes sociales, he ido encontrándome con personas
que había conocido, tiempo atrás; también, con quienes han compartido conmigo
su forma particular de pensar y de actuar. El contacto con esas personas ha ido
proporcionándome importantes claves que me están ayudando a conocerme mejor y a
entender algunos aspectos de los diferentes entornos que habían influido en mi
vida. Afortunadamente, han ido apareciendo poco a poco, mientras yo iba
extrayendo la información que debía asimilar.
Me ha
sorprendido descubrir que mucha información se había escapado a mi comprensión.
Posiblemente, como consecuencia de que mi pensamiento iba por caminos bien
diferentes, debido a mis creencias, mi forma de ser y mis expectativas acerca
de las relaciones personales.
Quiero
dar las gracias a todas cuantas personas han contribuido a que yo haya podido
modificar la forma de contemplar las diversas experiencias tenidas en épocas
bien distintas de mi vida.
Tal
como he apuntado anteriormente, ha significado un ejercicio semejante al de ir
buscando las piezas en mi interior y, una vez halladas e identificadas, irlas
colocando en el rompecabezas o puzle
personal.
Imagen
encontrada en
Internet: Flexibility and Capability as a Goal
En el transcurso de la vida vamos acumulando muchas vivencias que, o bien nos dejan un recuerdo bonito y dulce, o bien puede dejarnos un amargo sabor que intentaremos endulzar en los años venideros de manera inconsciente. Con un bagaje como el tuyo, es difícil aunar las piezas de una vez. Es más, creo que nadie sería capaz de hacerlo, pero no por ello puede ser algo posible de conseguir. Lo que cuenta es la intención, valentía y decisión para hacerlo. Eres alguien que puede conseguirlo sin proponérselo de modo estricto porque posees la sabiduría de tus vivencias. Si de algún modo las personas que conformaron tu pasado y ahora tú presente ayudan sin pretenderlo, sería un logro enorme. Pero no pienses que el logro es de los demás, piensa más bien que es todo tuyo.
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