martes, 25 de octubre de 2016

Las técnicas sociales asertivas: información gratuita y revelación de nosotros mismos




Las técnicas sociales asertivas sirven para que dos personas puedan establecer un diálogo, hablar de cosas personales que incumban a ambos, tener en cuenta lo que el otro le dice, preguntar sobre aquello que desean saber, profundizando en lo que sea de su mayor interés…

Para llegar a ser un comunicador asertivo en un ambiente social, el individuo debe dominar la técnica de captar las claves que los demás le dan acerca de sí mismos: INFORMACIÓN LIBRE O GRATUITA. Así mismo, tendrá que aprender a proporcionar información sobre su propia persona: AUTORREVELACIÓN o REVELACIÓN DE NOSOTROS MISMOS. Sin duda alguna, se trata de las dos técnicas sociales más relevantes.

En ocasiones, hablamos de nosotros mismos, de forma espontánea; o bien, como consecuencia de una pregunta, o un comentario, de nuestro interlocutor. Debemos estar atentos a las señales que van surgiendo en la conversación, las cuales habrán de indicarnos si podemos seguir comentando acerca de nosotros y si es pertinente continuar insistiendo para que la otra persona nos cuente cosas sobre su vida. Es un tema delicado, ya que hay quienes se pueden sentir incómodos con el rumbo que toma la conversación y, sin embargo, no se atreven a decírnoslo.

También, podemos encontrarnos con que, uno de los dos, es más hábil en conseguir que la otra persona hable y comparta aspectos de su vida, mientras que ofrece muy poca información a cambio. Lo deseable, es que exista cierto equilibrio entre lo que ambos comparten. Si no es así, el que comparte más, se sentirá utilizado o manipulado por el otro, como forzado a hablar, por no sentirse adecuadamente correspondido con el mismo nivel de apertura que él ha brindado, desde el primer momento.

La manera cómo se va desarrollando una conversación, nos ha de señalar si  puede ser conveniente la aportación de información personal. Porque, es muy posible que nuestro interlocutor quiera que, su relación con nosotros, no suponga la adquisición de compromiso alguno. Con mayor razón, que no tenga el más mínimo deseo de aumentar su nivel de intimidad con quienes nos hemos erigido en sus interlocutores. En general, será más fácilmente aceptado lo que digamos, cuanto más tiempo haga que conozcamos a esa persona y, también, si la conversación se produce en un lugar y momento apropiados.

Si dos personas no se conocen bien, rara vez darán a conocer detalles de sus sentimientos más profundos. Por tanto, hablar de las emociones de una persona al inicio de una relación puede ser incómodo. A medida que vayan progresando en su mutuo conocimiento, se sentirán más relajadas y es posible que estén dispuestas a proporcionar información de carácter íntimo.  Paradójicamente, si dos personas se dan cuenta de que la posibilidad de volver a verse es remota, como cuando se conocen en un avión, o en la sala de espera de un aeropuerto, es muy posible que, sin apenas darse cuenta, se revelen  pensamientos y sentimientos personales, sin ningún tipo de reserva.

En un ambiente social, todos tendemos a facilitar INFORMACIÓN GRATUITA acerca de nosotros mismos que no se nos ha solicitado específicamente. Gran parte de esa información guarda relación con nuestros intereses, nuestros deseos, nuestros prejuicios, nuestras ocupaciones, lo que nos hace felices y lo que nos preocupa.

Si hablamos a la otra persona empleando algo más que afirmaciones, negaciones o gruñidos, sin duda le facilitaremos gran número de claves e indicaciones acerca de lo que es importante para nosotros, en ese momento determinado de nuestra vida.

La INFORMACIÓN LIBRE O GRATUITA que los demás nos ofrecen acerca de sí mismos, sin habérsela solicitado, nos ayuda a continuar la conversación, sin que haya esos silencios incómodos en los que no sabemos de qué hablar. Además, cuando prestamos atención a lo que nuestro interlocutor nos comunica libremente, le incitamos asertivamente a que continúe hablando de sí mismo; le facilitaremos la tarea al manifestar nuestro sincero interés por aquello que es relevante para él.

Igualmente, es importante que estemos muy pendientes de la información que nosotros aportamos, a lo largo de una conversación. La calidad de la misma, ayudará a que nos conozcan mejor e influirá en el grado de comunicación que podamos tener con nuestro interlocutor.

La otra técnica que debemos dominar para llegar a una comunicación eficaz, es la que denominamos como AUTORREVELACIÓN o REVELACIÓN DE NOSOTROS MISMOS.

Cuando le revelamos al otro lo que pensamos y sentimos acerca de lo que nos ha comentado sobre sí mismo, permitimos que la comunicación fluya en ambas direcciones. Sin las revelaciones acerca de nosotros mismos, nuestra atención e interés por la libre información de nuestro interlocutor, produciría la impresión de que estamos interrogándole o escudriñando en su vida, sin compartir con él  ninguna de nuestras experiencias.

La información que revelamos sobre nosotros mismos constituye una invitación para continuar la conversación. El re­ceptor puede aceptarla, colaborando con la aportación de información personal y animando a su interlocutor a contar más cosas; por el contrario, puede rechazar nuestra invitación y llevar a cabo estrategias para cambiar de tema o para dar por concluida la conversación. Eso dependerá del resultado de las evaluaciones que haga de su interlocutor, de cómo se sienta en el transcurso de la conversación y de su motivación por crear  una relación de mayor compromiso, sin excluir el necesario nivel de intimidad.

Revelar información sobre nosotros mismos y ser cuidadosos con lo que la otra persona nos comenta, puede ayudar a crear una mayor cercanía, fomentar la empatía y generar una mayor confianza. Aunque, en ocasiones, puede acarrear consecuencias desagradables:

Demasiada información puede que sea percibida, por nuestro interlocutor, como una sobrecarga, que le haga sentirse abrumado con la información recibida. Especialmente, cuando se refiere a emociones que no sabe cómo procesar o que, en aquel momento, no está preparado para asimilar.

Aunque la persona que revela elementos de su vida no lo sienta de igual manera, el receptor puede interpretarlo como signo de debilidad. Si nos damos cuenta de que eso sucede, será conveniente reducir el nivel de apertura hasta que se den unas circunstancias más adecuadas. Siempre, teniendo en cuenta que habrá personas con las que será casi imposible relacionarnos a un nivel más profundo.

Hay quienes interpretan la AUTORREVELACIÓN, de otras personas, como un intento de sobresalir, de llamar la atención, de mostrar que sus problemas son más importantes que los suyos. Parece ser una contradicción que la REVELACIÓN DE SÍ MISMO pueda hacernos parecer como si fuéramos débiles y dominantes.

Revelar, a otras personas, información privada acerca de nosotros mismos, es una técnica asertiva muy eficaz, no sólo por lo que a la conversación social se refiere, sino también cuando surge un conflicto entre nosotros y otra persona. Cuando hemos hablado sobre temas personales, quedaría bastante mal que intentaran manipularnos, utilizando, para ello, nuestros sentimientos, nuestras preocupaciones, nuestra falta de conocimiento sobre algo o nuestra indecisión. Intentando negar, desvalorizar o ignorar nuestros sentimientos…

Nadie puede conseguir que hagamos a gusto algo que no es de nuestro agrado. Como, por ejemplo, prestarle el coche, aun sabiendo que nos disgusta prestarlo. Sería conveniente expresárselo, tal cual, a quien nos lo pide: “Lo paso muy mal cuando pienso que otra persona va a conducir mi coche”. Esa ya es la “razón” suficiente para no hacer algo que no deseamos hacer. Incluso, siendo conscientes de que lo pasamos mal porque nos preocupamos, a sabiendas de que no hay razón alguna para preocuparnos, ya que lo más seguro es que no le vaya a pasar nada al coche. Aunque nuestro miedo sea algo ajeno a la lógica, esto no hace que nos deje de dar miedo. A veces, en vez de decirle claramente, a nuestro amigo, que no queremos prestarle el coche, empezamos a inventar toda una serie de excusas o razones por las que no podemos prestarle el coche en esta ocasión.

Aunque lo que sentimos pueda parecer ilógico, sigue siendo importante para nosotros y merece todo el respeto. A veces, ni siquiera nosotros respetamos nuestros sentimientos de preocupación e incertidumbre, porque se nos ha querido enseñar que debemos tener una verdadera “razón” para hacer o decir algo.

Parte de la AUTORREVELACIÓN tendrá que ver con aquello que damos por supuesto que debemos ocultar: lo que no es de nuestro agrado, las preocupaciones, la ignorancia, el miedo, etcétera.

La revelación involuntaria de factores negativos acerca de nosotros mismos y nuestra propia aceptación de los mismos es probablemente la técnica asertiva más potente y eficaz para evitar la manipulación y alcanzar la paz de nuestro espíritu.

Si los demás reaccionan ante nuestra revelación asertiva de lo que sentimos y nos preocupa, tratando de convencernos de que no “debemos” o no tenemos derecho a pensar o a sentir así, nuestra respuesta será simple y directa: “Es posible, pero esto es lo que siento”. Frente a una respuesta sincera y honrada como ésta es imposible emplear la manipulación o, aunque lo intenten, que seguramente será lo que harán, no les servirá de nada, ya que nosotros insistiremos en que eso es lo que sentimos. Si nos mantenemos firmes, terminarán desistiendo.

El uso adecuado de la AUTORREVELACIÓN voluntaria es eficaz en el trato con personas de carácter manipulativo, sean vendedores de coches, dependientes, hombres de negocios, mecánicos, compañeros de trabajo, jefes, amigos, vecinos, parientes, padres o hijos nuestros; así mismo, como medio para mejorar nuestras técnicas de conversación y de comunicación social.




Bibliografía:


SMITH, Manuel J.: “CUANDO DIGO NO ME SIENTO CULPABLE”, Editado por Grijalbo, Barcelona.


Apartado 6.2.6 La autorrevelación, de un curso de la Universidad de Cantabria:



Imagen encontrada en Internet. Desconozco el autor.




2 comentarios:

  1. Este artículo es muy revelador... y lo reeleré varias veces para conseguir como y con quién, utilar un tipo de asertividad u otra. Está genial.

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    1. Gracias, Paloma... Nuestro camino de aprendizaje es lento. Los progresos no se consiguen fácilmente ni de un día para otro. Un abrazo.

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