miércoles, 29 de diciembre de 2021

Agradezco la integridad en las personas

 



“Cualquiera puede decir que tiene integridad,

pero la acción es el indicador real del carácter.”

John Maxwell

 

Llevaba varios meses sin escribir en este blog, cuando comencé a elaborar este artículo. Debido a las fechas navideñas y de fin de año en las que nos encontramos, publiqué antes un relato: “Una carta al Niño Dios”. 

Escogí un tema que considero muy importante y que ha regido tanto mi vida como la de personas que han sido muy especiales para mí. 

Desde pequeña, he valorado la sinceridad, la honestidad, la transparencia, la lealtad y el actuar de acuerdo a unos principios y valores, haciendo lo posible por obrar en consecuencia; aunque, las circunstancias se pongan difíciles y reciba presiones para traicionar aquello que forma el núcleo de mi propia identidad. 

Admiro a las personas sencillas, sin dobleces y que son fieles a sí mismas. Con ellas, me siento cómoda y sé a qué atenerme. 

En definitiva, estoy hablando de integridad

Procuraré hacer una aproximación más formal al término integridad, teniendo en cuenta dos artículos que encontré en internet.  

En el primero de ellos, Delimas, su autor, dice que la integridad es la entereza o fuerza personal que nos conduce a ser fieles a nuestros principios, haciendo aquello que consideramos que es lo correcto y no lo que pueda convenirnos en un momento dado. 

Una persona íntegra vive con rectitud, bondad, lealtad y honradez, desde la fidelidad a sí misma. Actúa en base a sus valores y se mantiene firme a sus promesas e ideas, incluso en situaciones que son difíciles o adversas. 

Arnoldo Arana, señala dos aspectos que son importantes en relación con la integridad: ser coherente y ser completo (no dividido). 

En cuanto a la coherencia, la integridad describe a una persona sin hipocresía ni dobleces, que muestra congruencia entre pensamiento, emoción y voluntad. Se aplica tanto a lo que uno es, como a lo que uno hace. Somos íntegros cuando nuestra conducta es coherente con las convicciones que expresamos.  

La lealtad a uno mismo es una condición necesaria, pero pierde la razón de ser, si es fiel a unos valores corruptos. La coherencia personal debe estar vinculada a valores rectos, dignos y nobles. Para practicar la integridad se necesitan ambas cosas: valores rectos y congruencia con ellos. 

Otro elemento ligado a la coherencia como aspecto de la integridad, es la adecuada motivación. La integridad requiere buenos motivos que son los que dan lugar a las buenas actuaciones.  No basta con la corrección externa de la actuación, es necesario también que internamente el comportamiento esté motivado por razones correctas

Siguiendo a Arana, podríamos resumir la integridad como el hábito de actuar con coherencia, siguiendo principios rectos y una motivación orientada a fines buenos. Concretando aún más: hacer lo correcto por la razón correcta

Asimismo, siguiendo al autor, una persona es íntegra cuando es un todo integrado, completo, cuyo carácter se refleja en todas las áreas de su vida: moral, espiritual, intelectual, emocional y física. Integridad es el acto de mantenerse incólume y sólido; sin aristas, ni fragmentación. 

Lleva implícita la idea de estar unificado en su ser y hacer, y de mostrar consistencia interna; de funcionar como una totalidad, sin divisiones, por lo que una persona con integridad, es la misma persona en cualquier parte sin importar las circunstancias. 

 

Blog: Un día con ilusión – Magdalena Araújo

  

 

Fuentes consultadas: 

Integridad como valor | ¿Qué es? - Definición y ejemplos”, por Delimas 

“Qué es la integridad. Cómo afecta mi desempeño”, por Arnoldo Arana 

 

 

Imagen encontrada en internet. 








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