En estos días, he estado pensando en un amigo que, hace
dos años, tuvo que afrontar una de esas situaciones que son muy dolorosas, que
afectan profundamente y que llegan a remover nuestra existencia, de manera
insospechada.
He sido testigo de sus sufrimientos y, en ocasiones, me
ha dado la impresión de que era tan grande su tristeza, que deseaba despedirse
de este mundo. Llegó a estar tan afectado por la muerte de su compañera de
tantos años, que temí que pudiera seguir sus mismos pasos, en algún momento.
Por suerte, ha tenido el cariño de sus hijos y el de
sus amigos, lo que ha hecho que se sintiera apoyado y arropado por aquellas
personas que pusieron de manifiesto el amor que sentían hacia él.
Como suele suceder en este tipo de procesos, a veces,
me parecía que estaba más animado. Sin embargo, en otras ocasiones, constataba
que el transcurrir del tiempo no ejercía ningún efecto beneficioso para él y
que seguía inmerso en la tristeza, lo cual, era motivo de gran desaliento para
mí.
Hasta que, por algunos comentarios que comenzó a
reflejar en sus escritos, empecé a sospechar que hubiese encontrado a alguna
persona que le estuviese aportando
ilusión y esperanza.
Efectivamente, mi amigo me confirmó, más tarde, que
estaba experimentando la cercanía de una persona que le había prestado
colaboración profesional, en el pasado. A la cual, él no había prestado
suficiente reconocimiento. Y, no obstante, ella había reaparecido en la más
crítica de las situaciones que él estuviese atravesando. Me alegré al saber que
la conexión establecida con tan especial persona hiciera que mi amigo se
sintiera renacer y que fuese capaz de volver a hacer entrega de su amor. Aunque, estaba segura de que siempre llevaría
en su corazón los imborrables recuerdos de la esposa y madre de sus hijos; con
la cual, compartió su vida, desde que, ambos, eran muy jóvenes.
Las cosas no transcurrieron como hubiesen querido. Las
expectativas de una bonita relación, no llegaron a concretarse.
Es sorprendente que, al andar por la vida, nos
encontremos con personas que no estén destinadas a permanecer por mucho tiempo
a nuestro lado. Sucede, incluso, con aquellas relaciones fugaces, las cuales,
sirven para despertarnos, para que descubramos partes de nosotros que estaban
ocultas, para que comprendamos algo que no entendíamos.
Nos hacemos muchas preguntas que quedan sin respuesta.
Nos las formulamos con el ánimo de saber qué debiéramos haber hecho para
conseguir que estas personas no se hubieran ido de nuestro lado. Y, peor aún,
con el inalcanzable objetivo de lograr que regresen a nosotros, porque, sabemos
que eso no está en nuestras manos.
Las relaciones afectivas deben darse con toda naturalidad,
de la misma manera que fluyen las aguas de un arroyo, aceptando que deben
superarse los saltos y pequeños obstáculos que aparecen a lo largo de su cauce.
Es un error empecinarse en querer permanecer en una relación tormentosa, en la
que los sinsabores y amarguras son constantes. Conviene comprender que el amor
es algo mucho más sencillo, más tierno y más gratificante. De sobras sabemos
adónde conduce pretender luchar contra los molinos de viento.
Imagen
encontrada en internet: Holland, Michigan -
Pointillism Art by Judy, a
picturesque view of the De Zwaan windmill in Holland, Michigan. Very detailed
tulips flood the bottom half of the picture.
Como siempre, has acertado. Mi duelo por Mi Niña Anita no terminará jamás, nunca mientras viva, y quizás tampoco después de muerto, aunque para entonces espero estar ya reunido con Ella. Ese anhelo, sin embargo, no obsta para querer rehacer mi vida como nos prometimos Ella y yo poco antes de su partida definitiva. Por eso he tratado sin éxito hasta ahora, de buscar consuelo en un amor bueno, sencillo y tierno como Ella.
ResponderEliminarGracias por tus consejos y sugerencias. Te quiero mucho.
Hoy encuentro este escrito y tú mensaje sin responder. Un abrazo muy grande y que puedas disfrutar de ese amor, bueno, sencllo y tierno.
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