lunes, 10 de septiembre de 2018

Luchar contra los molinos de viento



 

En estos días, he estado pensando en un amigo que, hace dos años, tuvo que afrontar una de esas situaciones que son muy dolorosas, que afectan profundamente y que llegan a remover nuestra existencia, de manera insospechada.

He sido testigo de sus sufrimientos y, en ocasiones, me ha dado la impresión de que era tan grande su tristeza, que deseaba despedirse de este mundo. Llegó a estar tan afectado por la muerte de su compañera de tantos años, que temí que pudiera seguir sus mismos pasos, en algún momento.

Por suerte, ha tenido el cariño de sus hijos y el de sus amigos, lo que ha hecho que se sintiera apoyado y arropado por aquellas personas que pusieron de manifiesto el amor que sentían hacia él.

Como suele suceder en este tipo de procesos, a veces, me parecía que estaba más animado. Sin embargo, en otras ocasiones, constataba que el transcurrir del tiempo no ejercía ningún efecto beneficioso para él y que seguía inmerso en la tristeza, lo cual, era motivo de gran desaliento para mí.

Hasta que, por algunos comentarios que comenzó a reflejar en sus escritos, empecé a sospechar que hubiese encontrado a alguna persona que le estuviese  aportando ilusión y esperanza.

Efectivamente, mi amigo me confirmó, más tarde, que estaba experimentando la cercanía de una persona que le había prestado colaboración profesional, en el pasado. A la cual, él no había prestado suficiente reconocimiento. Y, no obstante, ella había reaparecido en la más crítica de las situaciones que él estuviese atravesando. Me alegré al saber que la conexión establecida con tan especial persona hiciera que mi amigo se sintiera renacer y que fuese capaz de volver a hacer entrega de su amor.  Aunque, estaba segura de que siempre llevaría en su corazón los imborrables recuerdos de la esposa y madre de sus hijos; con la cual, compartió su vida, desde que, ambos, eran muy jóvenes.

Las cosas no transcurrieron como hubiesen querido. Las expectativas de una bonita relación, no llegaron a concretarse.

Es sorprendente que, al andar por la vida, nos encontremos con personas que no estén destinadas a permanecer por mucho tiempo a nuestro lado. Sucede, incluso, con aquellas relaciones fugaces, las cuales, sirven para despertarnos, para que descubramos partes de nosotros que estaban ocultas, para que comprendamos algo que no entendíamos.

Nos hacemos muchas preguntas que quedan sin respuesta. Nos las formulamos con el ánimo de saber qué debiéramos haber hecho para conseguir que estas personas no se hubieran ido de nuestro lado. Y, peor aún, con el inalcanzable objetivo de lograr que regresen a nosotros, porque, sabemos que eso no está en nuestras manos.

Las relaciones afectivas deben darse con toda naturalidad, de la misma manera que fluyen las aguas de un arroyo, aceptando que deben superarse los saltos y pequeños obstáculos que aparecen a lo largo de su cauce. Es un error empecinarse en querer permanecer en una relación tormentosa, en la que los sinsabores y amarguras son constantes. Conviene comprender que el amor es algo mucho más sencillo, más tierno y más gratificante. De sobras sabemos adónde conduce pretender luchar contra los molinos de viento.




Imagen encontrada en internet: Holland, Michigan - Pointillism Art by Judy, a picturesque view of the De Zwaan windmill in Holland, Michigan. Very detailed tulips flood the bottom half of the picture.




2 comentarios:

  1. Como siempre, has acertado. Mi duelo por Mi Niña Anita no terminará jamás, nunca mientras viva, y quizás tampoco después de muerto, aunque para entonces espero estar ya reunido con Ella. Ese anhelo, sin embargo, no obsta para querer rehacer mi vida como nos prometimos Ella y yo poco antes de su partida definitiva. Por eso he tratado sin éxito hasta ahora, de buscar consuelo en un amor bueno, sencillo y tierno como Ella.
    Gracias por tus consejos y sugerencias. Te quiero mucho.

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    1. Hoy encuentro este escrito y tú mensaje sin responder. Un abrazo muy grande y que puedas disfrutar de ese amor, bueno, sencllo y tierno.

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