jueves, 2 de abril de 2020

Algunas pautas de comportamiento para afrontar la cuarentena por coronavirus



Un artículo publicado por Stephanie Escarria en “DoctorAquí/blog recoge un buen número de propuestas hechas por Daniela Calderón Araújo, psicóloga, terapeuta holística y profesora de yoga terapéutico, quien desarrolla su actividad profesional en Bogotá.

Son interesantes y saludables recomendaciones a tener en cuenta a la hora de tomarnos un respiro durante nuestras rutinas diarias, de forma que optimicemos las pausas activas que hagamos.

ALÉJATE DE LAS PANTALLAS

Durante tu pausa activa procura alejarte de cualquier pantalla que tengas a la mano. Asómate a la ventana, da un paseo por tu casa, prepárate un té o café sin la compañía del celular y llevando tu atención plena al paso a paso de una tarea sencilla. Esto te va a servir para observar tus pensamientos y disminuir su velocidad, logrando despegarte mentalmente del trabajo o la ansiedad por un breve momento.

REVISA TU POSTURA

Aprovecha la pausa para revisar tu estación de trabajo, asegúrate que tus piernas y rodillas estén relajadas y las plantas de los pies bien apoyadas en el suelo. Procura darle soporte a tu espalda con el objetivo de mantener la columna tan larga y recta como te sea posible, no temas usar todos los apoyos que necesites.

TÓMATE UN MINUTO PARA RESPIRAR Y OBSERVAR TU CUERPO

Cierra los ojos y respira profundo por la nariz, lleva la atención por cada punto de tu cuerpo desde los pies a la cabeza, identificando si tienes algún dolor o molestia que te requiera mover esa parte o cambiar de posición. Si identificas alguna emoción relacionada con la ansiedad, tómate tu tiempo para hacer más larga cada exhalación; esto te permitirá activar el sistema nervioso parasimpático, disminuir el ritmo cardíaco y los niveles de ansiedad o exaltación en el cuerpo.

Procura hacer por lo menos entre dos y cinco minutos de actividad cardiovascular en tu pausa activa. Elige lo que más te guste, baila una canción, práctica una corta secuencia de ejercicios o algunos saludos al sol a un buen ritmo para mover la sangre en tu cuerpo y despertar tu sistema cardiorrespiratorio. Esto aliviará la tensión en tu cuerpo y ayudará a poner en movimiento la sangre y otros fluidos, evitando calambres, dolores localizados y estancamiento de emociones. Asegúrate de mover todo el cuerpo, no sólo un grupo muscular.

JUEGA CON TU MASCOTA (SI TIENES)

Jugar unos minutos con tu mascota puede disminuir los niveles de cortisol en el cuerpo, así como estimular la producción de serotonina, dopamina y oxitocina, reduciendo el estrés y aumentando el sentimiento de alegría y tranquilidad. Está comprobado que esta actividad puede ser una práctica meditativa, la cual te permite alejar tu mente de las preocupaciones y los pensamientos relacionados con el trabajo, actuando como un bálsamo para el sistema nervioso.

HIDRÁTATE

Que la pausa activa sea un buen pretexto para tomar agua. El agua ayuda a la sangre a transportar el oxígeno a todos los lugares de tu cuerpo, manteniendo el correcto funcionamiento de todas sus estructuras y funciones, incluso las del cerebro. Mantenerte hidratado te permitirá ser más ágil y eficiente en el trabajo, así como poner a circular la sangre por tu cuerpo.


Daniela Calderón Araújo




Imagen personal, cedida por Daniela Calderón Araújo, para esta publicación.




En plena tempestad, mantengamos el temple. Luego, llegará la calma.



Generalmente, trato de evitar referirme a temas de actualidad, aunque llevo varios días pensando en escribir acerca de lo que estamos viviendo y sintiendo durante este confinamiento obligado por el coronavirus, o la COVID 19, como nos dice la RAE que debemos referirnos cuando hablamos de la enfermedad que puede desarrollarse a partir del contagio de este virus.

Nos encontramos ante una situación nueva, que presenta elementos desconocidos. El panorama es incierto y diferente al que hayamos vivido con anterioridad. El coronavirus empezó a expandirse a lo largo y ancho de nuestro planeta, sin respetar fronteras, nivel socioeconómico, cargos o profesiones. Aunque, quizás existan personas privilegiadas, que reciben un diagnóstico precoz y toda clase de atenciones médicas, cualquiera de nosotros puede contagiarse y hacer que otros enfermen.

A la población de gran número de países se nos ha pedido que nos quedemos en casa en la medida de lo posible, saliendo solo para cosas imprescindibles, con el fin de evitar que la COVID 19 se propague demasiado rápido y que los sistemas sanitarios se colapsen.

Es fácilmente predecible que afrontemos toda clase de emociones. Que tengamos oscilaciones en un mismo día o a lo largo de la semana. Que nos sorprendamos sintiéndonos indiferentes, apáticos, tristes, preocupados o enfadados.

Lo que conviene tener en cuenta es que esas emociones son transitorias y que van y vienen, como nuestros pensamientos. Aunque, creamos que es imposible acallar nuestra mente, lo cierto es que sí es posible gestionar esos pensamientos, viéndolos solo como ocurrencias de una mente que parece actuar en modo automático. Así mismo, conviene tener en cuenta que pasaremos por diferentes y cambiantes estados de ánimo, los cuales durarán un poco más que las emociones o los pensamientos.

Todas las emociones que sintamos, a lo largo de estos días, serán coherentes con la situación que estamos viviendo. Lo importante, aunque difícil, es que tratemos de mantener la calma, en medio de la tormenta. El hecho de sentir ansiedad, miedo, tristeza, y que surjan preocupaciones y dudas, no quiere decir que debamos permitir que todo ello nos desborde.

Tengamos presente que nuestros estados emocionales afectarán también a las personas que conviven con nosotros. Por ello, es necesario mantener el temple y plantearnos pequeñas estrategias que nos ayuden a bajar el nivel de ansiedad y preocupación. Tales como, respirar hondo, estar solos en algún momento, meditación, “mindfulness” o atención plena, hacer algún ejercicio físico o baile, ver una película o serie, utilizar nuestra creatividad…

Seamos valientes frente a la incertidumbre, toleremos las frustraciones que se nos presenten en el día a día y no permitamos que el miedo y el pesimismo se apoderen de nosotros. Hagámoslo para nuestro propio beneficio y para el de las personas que amamos, con las cuales, compartimos la vida.

Entre todos, conseguiremos afrontar lo que en estos meses nos toque vivir. No será fácil, lo sé. Pero, debéis tener la absoluta convicción de que es ilimitada la capacidad que tiene el ser humano para superar las adversidades que se le presenten. En especial, cuando nos unimos para la consecución de un común objetivo.





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