Hace unos meses, mi hija y yo, barajamos varios
nombres para dar título a este blog. Ambas, coincidimos en preferir el de “Un
día con ilusión”. El ofrecimiento de colaboración adicional, por parte de mi
hija, para diseñar y abrir, en Internet, la página en cuestión, hizo que
las ilusiones que había depositado en semejante proyecto aumentaran
potencialmente, asumiendo el reto de llevarlo a la práctica. Sin duda alguna,
mi blog siempre estará asociado a ella. Es de justicia, también, agradecer a mi
marido el gran apoyo que he encontrado en él, durante estos meses de andadura.
Con la aparición de mi página, me he dado cuenta de
que me había olvidado de soñar y que
había estado viviendo la vida sin tener sueños, ilusiones, metas y proyectos a
realizar. Quizás estoy exagerando un poco, ya que sí he ido teniendo algo
parecido a lo que podrían ser objetivos, metas y proyectos. Pero, los he ido materializando
a medida que surgían, porque era lo que tocaba, porque otros me lo sugerían, o porque
la vida me llevaba por ahí…
Ahora, siento que vivo con mayor consciencia. Que,
realmente, quiero soñar, desear, e ilusionarme con nuevos proyectos. También,
con el hecho de estar en contacto con personas que me estiman, que valoran mi
trabajo, y con las cuales es posible comunicarse. Es muy bonito poder ayudarnos
mutuamente, hablando de aquellos temas que nos preocupan.
Dentro de mis propósitos, estaba el de hacerles
partícipes de lo que pensaba mientras ponía en marcha este blog. Se han ido
sucediendo las semanas, y los meses, abordando otros temas, de modo que, mi
escrito, se ha ido posponiendo. Parece que este es el momento propicio para
hacerlo.
Cuando me decidí a iniciar este blog, comencé a tomar
notas de los temas sobre los que escribir, libros a revisar, mensajes a tener
en cuenta, etcétera, pues no quería que se quedaran en el aire aquellas cosas
que me iban pareciendo importantes. Pero, me vi obligada a retrasar unos meses
su inicio, ya que debía concentrarme en el último curso de una materia, cuya
aprobación de su examen final me aportaría un nuevo título; así como la
conclusión de una etapa de estudios, que había durado cuatro años. Fue a partir
de entonces, cuando pude dar inicio a lo que, para mí, está siendo una apasionante
nueva aventura.
En mi cuaderno de notas, después de una lista con los posibles
nombres para el blog, escribí que este proyecto me haría descubrir cuál era mi esencia;
eso que hace que sea yo misma, lo que me hace única, lo que me diferencia de
otras personas. Deseaba encontrar quién soy, y lo que quiero ser. Lo que me
motiva, lo que deseo, lo que me ilusiona, lo que me hace vibrar, vivir,
existir. Es importante que todos vayamos haciendo esos descubrimientos en
nuestras vidas. Cada uno encontrará sus propias respuestas, las cuales sufrirán
variaciones, como consecuencia de los cambios habidos a lo largo de nuestras
distintas etapas, y por el cúmulo de las experiencias vividas.
Desde aquí, hago uno de esos llamados míos: Procuremos ayudar a que, cada uno, descubra
y desarrolle sus propias potencialidades, aquellas cosas que le gustan, que le
apasionan, que le proporcionan motivación y felicidad.
Sin pretender hacer daño, muchas personas cometen el
error de imponer, a otras, cómo deben
ser las cosas, cómo deben vivir sus vidas. Siempre, desde su punto de vista,
sus conocimientos, y sus propias experiencias. No quieren darse cuenta de que
nuestra misión, la de todos, es encontrar
nuestra propia esencia, y ayudar a los demás a que encuentren la suya.
Presentía que, con esa decisión de escribir para otros,
comenzaba otra etapa en mi vida. Me proponía compartir aquellos temas que fueran
de mi interés, y del de mis lectores, y ciertas reflexiones a partir de
experiencias, vivencias, descubrimientos personales, o lecturas.
Deseaba que fuera un espacio muy personal. Algo mío,
sin censuras (en especial, de mi parte). Intentando aunar la mente y el
corazón, en este proyecto que iniciaba. Como suele suceder, ese inicio de la
andadura sería espontáneo. No quería planificar, ni encasillarme, de antemano.
Al constatar que mis expectativas han sido superadas
con creces, no continuaré refiriéndome al blog como algo futuro, sino como un
bonito proyecto hecho realidad, en el que sigo trabajando con mucha ilusión.
Aprovecho la ocasión para pedir disculpas porque en las últimas semanas, y en
las próximas, no he podido, ni podré, dedicar todo el tiempo y la atención que
necesito para escribir, pues comenzaré “una nueva vida”, después de un inminente
traslado de residencia. Y es que vuelvo a estar “Con la mudanza a cuestas”,
hasta finales de enero ¡Al parecer, uno de los signos identificativos de mi persona!
Estoy disfrutando con este espacio, al compartir con
ustedes todo lo que me parece oportuno someter a su consideración; al hacerme
preguntas, al hacérselas veladamente a ustedes, al encontrar mis propias
respuestas, esperando que ustedes encuentren las suyas… Hurgando en mi
interior, mirando atentamente lo que encuentro en el exterior, e intentando
dejarlo reflejado, por escrito.
Es una actividad que me ayuda a expresar, a exteriorizar
lo que hay en mí, lo que he ido aprendiendo a lo largo de la vida, con los afectos
y las relaciones, con los estudios, los cursos, las múltiples lecturas, y toda
una vida de experiencias. Hay diferentes áreas a las que he dedicado parte de
mi tiempo, como son la psicología, los asuntos matrimoniales, de los niños, de
la familia, en suma. Así mismo, campos de acción tan interesantes como son el desarrollo
del pensamiento y el de la creatividad. Espero poder ir estableciendo
conexiones entre ellos, con la convicción de que serán de utilidad para mis
lectores.
Dediquemos parte de nuestro tiempo a aquellos temas, o
actividades, que nos gustan especialmente. Sé que, a veces, es casi
incompatible con nuestro quehacer diario, con nuestras ocupaciones,
obligaciones o necesidades del momento. Pero, si las tenemos en mente, si las
vamos desarrollando, aunque sea a ratos robados a la vida que llevamos, a
manera de afición, o forma de ocio y entretenimiento, nos veremos recompensados
con los beneficios que pueden aportar a nuestra vida.